Obama limitará los dividendos y la paga a los consejeros de bancos con ayudas
Barack Obama ordenará al Departamento del Tesoro limitar la retribución de los consejeros así como el pago de dividendos de instituciones financieras que reciban 'ayuda excepcional' del fondo de rescate bancario. Así lo indicó al Congreso de los EE UU Larry Summers, uno de los principales asesores económicos del presidente electo.
Summers remitió una carta a los líderes del Congreso destacando los criterios que, según Obama, se deben seguir para distribuir la segunda mitad de los 700.000 millones de dólares (530.000 millones de euros) del plan de apoyo para el sector financiero, también conocido como TARP en sus siglas en inglés.
'Aquellos que reciban ayuda excepcional estarán sometidos a estrictas pero razonables condiciones que limitarán la retribución de los ejecutivos hasta que el dinero de los contribuyentes haya sido devuelto, que eliminarán el pago de dividendos más allá de unas cantidades mínimas, y que pondrán límites a la recompra de acciones y a la adquisición de compañías financieramente sanas', indica el escrito.
Obama desea que el dinero no sólo se canalice hacia las grandes instituciones financieras, sino también hacia los bancos de ámbito local. También quiere que las medidas vayan en beneficio de las pymes y que faciliten el crédito a los particulares. También se ha propuesto ayudar a los propietarios de viviendas que se enfrentan a embargos. Por último, el presidente electo se ha propuesto que haya una supervisión de las ayudas que asegure 'dónde y cómo se gasta el dinero' público.
Obama tomará posesión de su cargo el 20 de enero. El lunes telefoneó al presidente George W. Bush para requerirle que pidiese formalmente al Congreso que aporte los fondos restantes del TARP. Bush remitió la solicitud al Congreso ese mismo día. Este paso da comienzo a un periodo de 15 días en el que el Congreso puede impedir que se faciliten los fondos. La votación se celebrará el 18 de enero. El equipo de Obama también trabaja en un plan de estímulo fiscal que puede alcanzar los 800.000 millones de dólares (600.000 millones de euros).