Obama pide a Bush que solicite al Congreso el resto de fondos para el rescate de la banca
Barack Obama pidió ayer al presidente saliente de EE UU, George Bush, que solicite al Congreso, en su nombre, autorización para que se desembolsen los 350.000 millones de dólares (261.300 millones de euros) que quedan del TARP, el plan de salvamento para la banca.
Obama quiere así acelerar el que se perfila como un complicado proceso de obtención de estos fondos mientras, además, su equipo de transición trabaja ya con las cámaras para poder aprobar un plan de estímulo fiscal que puede alcanzar los 800.000 millones de dólares (unos 598.000 millones de euros). Bush dijo a Obama que lo haría por más que la oposición del Congreso a liberar este capital haya crecido en los últimos meses.
El ambiente que se respira en las cámaras con respecto a esta petición es hostil. Los legisladores están preocupados por el impacto que este plan de gasto y el del estímulo fiscal tendrán sobre el déficit. La Oficina del Presupuesto del Congreso ha calculado que éste ascenderá a 1,2 billones de dólares (895.740 millones de euros) pero no contó con estos programas. Además, en el Congreso hay descontento sobre la gestión de los primeros 350.000 millones. Este dinero se concedió sin restricciones a una banca que aún no ha mostrado signos de reanimar el mercado crediticio.
Para vencer estas reticencias, el asesor económico de Obama, Larry Summers, mandó ayer una carta al Congreso asegurando que el dinero será usado no solo para ayudar a las mayores instituciones financieras sino también a los bancos pequeños, a las pymes, a los consumidores. También habrá un programa para evitar embargos, como piden los demócratas. Summers afirma que se impondrán condiciones sobre quienes reciban el dinero del Estado en materia de dividendos, salarios y se aumentará la transparencia en la gestión.
Los planes de Obama llegan el mismo día que el presidente del FMI, Dominique Strauss Kahn, advertía en una entrevista a Bloomberg que los gobiernos europeos están siendo muy lentos en aprobar sus planes de estímulo. El FMI revisará a la baja a fines de mes sus perspectivas de crecimiento mundial. Strauss Kahn dice que necesitará 150.000 millones de dólares más para ayudar a países emergentes y pobres.