Una Bolsa sólo para inversores atrevidos
La gravedad de la recesión en los países ricos, gran incógnita de la que depende la Bolsa este año.
La Bolsa española ha dejado atrás el peor año de su historia. La tormenta financiera desatada en EE UU puso en jaque al sistema financiero con consecuencias nefastas para la industria, el consumo y las economías mundiales. Un círculo vicioso que alimenta el pesimismo sobre el futuro. Los planes de rescate bancarios evitaron lo peor, la temida crisis sistémica, pero purgar los excesos del pasado llevará tiempo. La confianza de los inversores se ha hecho pedazos y el panorama para las Bolsas en 2009 es desalentador con las economías desarrolladas sumidas en una grave recesión.
Los próximos meses vendrán marcados por la debilidad económica y su contagio a los países emergentes. Por tanto, la gravedad y duración de la recesión en las principales potencias mundiales son las grandes incógnitas a resolver y factores decisivos a la hora de marcar el rumbo de los mercados.
El Ibex cerró 2008 con una caída del 39,4% y está por ver si los datos económicos que se conozcan a lo largo de este año permiten anticipar la expectativa de recuperación económica en 2010, una de las visiones más optimistas que facilitaría un potencial rebote de los mercados en la segunda mitad de este ejercicio.
La cuestión está en comprobar si realmente los mercados ya han descontado muchas de las malas noticias que llegarán este año o si por el contrario estas empeorarán más de lo esperado. Las incógnitas abundan y, de momento, el panorama no pinta bien. Incluso asumiendo que lo peor ha pasado ya, y que factores exógenos como el fraude masivo perpetrado por Bernard Madoff no se repetirán, los expertos recuerdan que el camino de la recuperación será lento y doloroso. EE UU se enfrenta a su recesión más profunda en 25 años con los cartuchos de la Reserva Federal prácticamente agotados. El sector inmobiliario residencial, origen de todos los males, aún no se ha estabilizado y entretanto la confianza de los hogares se evapora rápidamente. Además, el acceso a la financiación tanto para empresas como particulares no termina de reactivarse, al tiempo que el consumo sigue deprimido -pese a la bajada del precio de la gasolina y los alimentos- como respuesta al aumento del paro y a la restricción crediticia.
La buena noticia es que Estados Unidos no ha escatimado esfuerzos. El plan de rescate de 700.000 millones de dólares puede ayudar a reactivar la economía este año, al tiempo que está por ver el efecto tanto de las medidas de ayuda, las rebajas de tipos de interés como de los paquetes de estímulo fiscal pendientes. Y si algo tienen claro los expertos es que lo que ocurra este año en los mercados vendrá marcado por la evolución de los activos en EE UU, los planes de las autoridades del país y los datos económicos.
Entretanto, en la zona euro y en España en particular, el grave deterioro del mercado laboral y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, deja las economías en una situación muy difícil. Los efectos de la crisis llegan con más retraso pero con armas de combate mucho menos ágiles y agresivas tanto por parte del BCE como de los Estados. Los paquetes de estímulo fiscal se perfilan necesarios pero si no surten efecto dejarán a la región, una vez más, a la espera de la recuperación de EE UU.
En definitiva, tiempos difíciles para la Bolsa, por lo que no sorprende que el consejo más escuchado sea el de prudencia porque realmente no se descarta otro año de importantes pérdidas.
Claves. Factores a tener en cuenta y algunas ideas de inversión
RESULTADOS. La evolución de los resultados empresariales será determinante este ejercicio. Los expertos esperan fuertes caídas del beneficio por acción y se teme que en España, uno de los países en los que hasta la fecha las cuentas de las empresas han aguantado bastante bien, los efectos se sientan en sectores de relevancia. La banca entra en las quinielas de aquellos con fuertes posibilidades de sufrir caídas. De ahí que algunos expertos no descarten la supresión del dividendo por parte de algunas entidades. Un paso que les permitiría hacer frente a unos requisitos de solvencia cada vezmás exigentes y a las peticiones del Estado de reactivar la concesión de créditos para fomentar el crecimiento.DESAPALANCAMIENTO. El excesivo endeudamiento del pasado y las compras apalancadas han pasado factura al estallar la crisis. El desapalancamiento al que se han visto forzados bancos de inversión, hedge funds y todo tipo de inversores con necesidades de liquidez ha inundado el mercado de órdenes de venta, empujando aúnmás la tendencia bajista. La pregunta que queda en el aire es cuánto más queda de este proceso. Los expertos no se atreven a responder. Algunos consideran que su fin está más cerca que lejos aunque muchos temen otra oleada de ventas masivas a principios de año como consecuencia de los fuertes reembolsos que aún está afrontando la industria de fondos. Y desde luego el escándalo Madoff no ha hecho más que dañar lamaltrecha confianza hacia la industria. La clave está en ver si ocurre sin que la economía se colapse.OPORTUNIDADES. 2009 también puede ser el año de las oportunidades de inversión y el activo que más gusta a los expertos es la renta fija privada. Los entendidos aseguran que ofrece la mejor combinación de rentabilidad y riesgo. Los enormes spreads a los que deben emitir las empresas para obtener financiación convierte este activo en una opción interesante siempre y cuando el inversor sea capaz de elegir empresas con escasas posibilidades de quebrar. Los diferenciales actuales se han disparado amáximos ymuchos expertos consideran que son excesivos ya que, aunque es previsible que las tasas de impago aumenten este año, las firmas de análisis aún no ven niveles del 16% como los alcanzados en la década de los 30. Las apuestas están más en el entorno del 10% para los próximos 12 meses.TIPOS A LARGO. Las previsiones sobre la evolución de los tipos a largo es uno de los aspectos que más incógnitas genera. La expectativa de caídas de tipos de interés a nivel mundial y la fuerte aversión al riesgo de los inversores se perfilan como dos características que contribuirán a deprimir aúnmás las rentabilidad de la deuda estatal a largo plazo, variable que se mueve a la inversa que el precio. Si bien hay expertos que esperan ver el 10 años en el 1,5% también hay quienes no descartan que repunte al 5% si se extiende el temor a los enormes déficit que amasarán las economías desarrolladas para financiar los billonarios planes de rescate sobre la mesa.
Hacia un año errático y volátil Los expertos opinan valentín arroyo Director de inversiones y análisis de Banco Urquijo 'Parece prematuro descontar ya hoy una salida de los mercados hacia arriba. A partir de primavera o verano hay más posibilidades' gustavo trillo Director ejecutivo de Morgan Stanley 'Da la sensación de que las medidas que se han tomado van a tener un efecto en la reactivación económica en 2009' nicolás lópez Director de análisis de M&G Valores 'Si nos enfrentamos a una recesión normal, el suelo puede estar cerca, pero hace falta que pasen dos o tres años para otro ciclo alcista' alicia jiménez Directora de análisis de Self Trade 'Si nos podemos agarrar a alguna expectativa positiva, EE UU va a liderar una cierta recuperación' luis buceta Gestor de Inversiones BNP Paribas Investment Partners 'No es descartable tener cierta exposición a la Bolsa. Detrás de caídas muy bruscas vienen recuperaciones muy fuertes'
Caídas adicionales de envergadura, retrocesos leves o expectativas de algún tipo de rebote para las Bolsas en 2009. El abanico de opciones que se baraja es amplio, con poco margen para sorpresas positivas pues aún se desconocen los efectos finales de la crisis tanto en la economía como en los resultados empresariales. La mayoría de los expertos cree que la batería de indicadores negativos que se avecina está reflejada en buena medida en los precios pero pocos descartan que las Bolsas puedan volver a tocar suelo este año. El consenso augura un 2009 complicado, marcado por la volatilidad, en el que el mejor escenario consistiría en ver mejoras leves en la segunda mitad de año. Al menos, esa es la opinión dominante de cinco expertos reunidos en un desayuno de trabajo en la sede de CincoDías en Madrid.Los inversores se enfrentan a una recesión con muchas aristas en las que confluyen una crisis financiera, con una crisis inmobiliaria en un entorno de desapalancamiento muy brusco. 'Esto provoca que la crisis sea profunda y se tarde en salir de ella porque el aumento de paro retrae el consumo, que mueve dos tercios del PIB de las economías occidentales. Eso se une además a que una buena parte de las rentabilidades pasadas venía de ese elevado nivel de endeudamiento', comenta Luis Buceta, gestor de inversiones de BNP Paribas.Las consecuencias serán duras y se prevé una reducción de beneficios drástica -aún sin reflejar del todo en las estimaciones para este año- cuya gravedad es otra gran incógnita. Una tendencia que apenas ha empezado en España y donde se esperan importantes caídas de resultados en sectores importantes, incluida la banca.'Las expectativas de beneficio se han corregido pero aún veremos caídas adicionales de beneficio por acción del entorno del 10%. Pensamos que el perfil del año va a ser de menos a más donde vamos a tener los peores datos en el primer trimestre. Llevamos aproximadamente 14 meses de caídas y las recesiones de estas características suelen estar en el entorno de los 20 meses. Parece prematuro descontar ya hoy la salida de los mercados hacia arriba. A partir de la primavera o verano es cuando podríamos ver más posibilidades de recuperación', explica Valentín Arroyo, director de inversiones y análisis de Banco Uquijo.El problema es que las amenazas son abundantes con el riesgo de deflación también merodeando. 'Si nos enfrentamos a una recesión normal podríamos pensar que el suelo está cerca. Pero ahora lo que está en juego es una crisis de calado mayor, porque coincide con un factor de sobreendeudamiento y el riesgo de deflación. Comparando la valoración de la Bolsa con otros ciclos bajistas importantes de los años 30 o 70 en términos de caídas de precios probablemente lo peor ha pasado ya pero eso no significa que no podamos caer más. Hace falta que pasen dos o tres años para que haya otro ciclo alcista. Y en ese periodo yo esperaría unos mercados en rangos laterales', resume Nicolás López, director de análisis de M&G Valores.Un año de comportamiento errático y altibajos importantes parece, por tanto, muy probable hasta que el panorama económico comience a esclarecerse. El escenario más temido se daría si se confirma la deflación, algo que los expertos no descartan pero que ven menos probable dados los enormes esfuerzos de las autoridades para impedirlo. 'La situación en la que nos encontramos es distinta a la del año 29 y creemos que también es distinta a la de Japón de los 90. Da la sensación de que las medidas que se han tomado y las que se van a tomar por parte de los principales gobiernos a nivel mundial van a tener un efecto en la reactivación de la actividad económica en algún momento de 2009, probablemente más lejos que cerca', comenta Gustavo Trillo, director ejecutivo de Morgan Stanley.¿Qué hacer entonces con la renta variable? Analizar la evolución de EE UU resultará decisivo. 'Si nos podemos agarrar a alguna expectativa positiva podemos pensar que EE UU va a liderar una cierta recuperación económica en la segunda mitad. La Bolsa americana es más interesante desde todos los puntos de vista porque EE UU está haciendo más para salir adelante y las empresas americanas siempre han mostrado más flexibilidad', concluye Alicia Jiménez, directora de análisis de Self Trade.En cualquier caso, el consejo más repetido es el de cautela. Aprovechar las caídas de los mercados para ir creando una cartera con vistas al largo plazo es otro consejo repetido. Eso sí, tomando posiciones durante un periodo largo y nunca jugárselo todo una vez tratando de identificar el suelo, algo que suele darse entre 6 y 9 meses antes del suelo de la crisis económica.Lo cierto es que pocos dudan que las oportunidades son únicas. 'Podemos ver nuevos mínimos pero es posible que lo peor ya esté en los precios y no es descartable tener una posición aunque sea mínima a la Bolsa. Detrás de caídas bruscas vienen recuperaciones muy fuertes en las que o se está invertido o se pierden', añade Buceta. Parece, por tanto que es el momento para los más valientes.