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Secretos de despacho

Ambiente cálido en Sobre Ruedas

Begoña Abaitua acaba de crear una fundación de ayuda a enfermos de parálisis cerebral.

Si por algo se caracteriza Begoña Abaitua, nacida en Barcelona hace 40 años, presidenta de Fundación Sobre Ruedas (www.fundacionsobreruedas.org), es por su gran vitalidad. Le acompaña durante la entrevista y en esta aventura Conchita Miranda, vicepresidenta de la fundación. Las dos son madres de niños con parálisis cerebral. Conocedoras de lo que ello implica, han creado una organización privada sin ánimo de lucro cuyo fin es la mejora de la calidad de vida de las personas con parálisis cerebral. Y esto pasa por el apoyo económico para hacer frente a los elevados costes de los elementos técnicos y de adaptación así como de los tratamientos. 'Se trata de que la vida de estas personas sea lo más agradable posible', dice Abaitua.

Acaban de empezar y están en pleno proceso de divulgación de la fundación. Para animar a los posibles donantes, asegura que en España alrededor de 1.500 bebés nacen o desarrollan una parálisis cerebral, y la cifra de personas afectadas asciende a 78.000. 'El problema está en las familias que tienen un poder adquisitivo medio. A ellos no les llegan las ayudas porque no entran dentro de los baremos establecidos'. Según cuenta, las ayudas públicas sólo consiguen aliviar un mínimo de los gastos. Por ejemplo, la adaptación del vehículo familiar asciende a 9.000 euros aproximadamente o la instalación de una grúa alcanza los 6.000 euros. En cuanto a las sillas de ruedas, éstas tienen que renovarse a medida que el niño crece, siendo su coste de unos 4.000 euros, y los tratamientos tienen un coste anual cercano a los 3.000 euros.

Begoña Abaitua ha instalado el cuartel general de la fundación en una acogedora estancia abuhardillada de su propia residencia, ubicada en la zona norte de Madrid. En estos momentos, todas las horas de dedicación son pocas. 'Nos volcamos en visitar empresas, en establecer relaciones institucionales, en recaudar fondos, pero además tengo la ventaja de que al estar en mi propia casa puedo estar con mis hijos'. Es ordenada, aunque sin caer en excesos. 'Lo que intento es ser muy organizada para evitar la improvisación, por lo demás no necesito grandes cosas para trabajar'. Le arropan entre esas cuatro paredes las fotografías de sus hijos, los carteles promocionales de la organización, las pruebas de los logos. 'Queríamos que el ambiente, a pesar de que los temas y las situaciones que abordamos son dramáticas, fuera alegre. Por eso, nos involucramos mucho en la elección del logo, queríamos algo redondo, que fuera como un sueño, por eso pusimos la frase: sueños sin barreras'. Begoña Abaitua tiene carácter emprendedor. De hecho, hace un tiempo montó un centro de rehabilitación infantil con tres socias, pero siempre le había rondado la idea de crear una fundación, 'y como ya tenía experiencia con la compañía pues me vino todo un poco rodado, aunque el mérito de la empresa es de mis socias porque yo me dedico más las relaciones institucionales'.

'Nunca me ha dado miedo emprender un negocio. Lo importante es detectar la necesidad empresarial'

Estudió Empresariales y cursó un Máster en Dirección de Empresas en el Instituto de Empresa. Anteriormente, trabajó en el Banco Sabadell, en el sector del acero y en una compañía familiar de gestión inmobiliaria. Ahora dedica su tiempo laboral de la siguiente manera: el 80% a la fundación y el 20% al centro. 'Nunca me ha dado miedo emprender un negocio porque una vez que detectas la necesidad lo prioritario es saber por dónde empezar. Cuando montas una primera empresa se te quitan todos los miedos, además mi experiencia laboral me ha servido para afrontar algunos problemas'. El secreto, según cuenta, es tener ganas para sacar adelante el proyecto. 'Soy inquieta y no podría estar sin hacer nada y siempre estoy pensando la manera en la que puedo afrontar nuevos retos'. El siguiente, asegura, es crear una residencia y un centro de día para las personas con parálisis cerebral. 'Porque la gran carencia de este colectivo es que a los 20 años se marchan a casa, después de haber cursado sus estudios, y no tienen un sitio donde poder estar. Es un drama y quiero trabajar para aliviar esta deficiencia'.

La carta de una madre a su hijo

En la pared, encima de su mesa, Begoña Abaitua guarda un recuerdo entrañable: la carta de agradecimiento que le escribió a su hijo por ser como es y por haberle regalado tantos momentos de felicidad. 'Yo a mi hijo sólo tengo que agradecerle cosas porque me ha hecho, a mí y a toda la familia, mejores personas, y nos ha dado mucho. Le adoramos'. El espacio en el que trabaja esta gestora es abuhardillado y la luz natural entra a hurtadillas. 'Necesito que entre a raudales y me planteo abrir otra ventana. La luz te da alegría y quiero que este lugar esté repleto de optimismo y de ilusión porque aquí estamos para ayudar a otras madres en nuestra misma situación'. Los criterios que tienen para otorgar las ayudas a todo aquel que las solicita no las tienen estandarizadas, pero en cualquier caso es necesario presentar una declaración de la renta, así como el certificado de minusvalía y la prueba de que han solicitado ayudas oficiales, pero les han sido denegadas. 'Queremos colaborar con gente sobre todo de rentas medias a las que se les ha negado las subvenciones precisamente por los ingresos de renta que tienen', afirma. Entre sus aficiones, se encuentra el golf, el tenis, también hace Pilates, esquía con sus hijos y de vez en cuando va al cine.

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