Los primeros ladrillos en la Ciudad del Medio Ambiente
El proyecto soriano ya tiene comprometidos 430 millones de inversión privada.
Es posible imaginar una ciudad donde no circulen coches a gasolina, donde la electricidad, la calefacción y el aire acondicionado se produzcan con energías renovables y las empresas que trabajan allí desarrollen nuevas ideas competitivas que protejan el medio ambiente? Esa es la meta de la Ciudad del Medio Ambiente, un proyecto de la Junta de Castilla y León, la Diputación de Soria y el ayuntamiento de Soto de Garray, que empezará a colocar sus primeros ladrillos durante este año.
El origen de este proyecto trata de solventar determinados obstáculos de la provincia aprovechando las nuevas tecnologías. 'Soria es una provincia con dificultades para fijar la población, para encontrar determinados empleos. El objetivo es convertir esta ciudad en un polo de desarrollo para la provincia, que genere empleo y que ofrezca viabilidad económica a los postulados de sostenibilidad y tecnologías renovables', explica José Manuel Jiménez, presidente del Consorcio para la Promoción, Desarrollo y Gestión de la Ciudad del Medio Ambiente. El objetivo final es convertir a esta ciudad en 'referente nacional y europeo en la utilización de energías renovables y en sostenibilidad', afirma Jiménez.
Pese a que la iniciativa y el consorcio que lo gestionan son gubernamentales, 'esta idea no puede tener éxito basada exclusivamente en lo público', asume el presidente y viceconsejero de desarrollo sostenible de la Junta de Castilla y León. Abierto a las compañías, ya hay más de 430 millones de euros comprometidos en nueve proyectos empresariales verdes, que se llevarán a cabo en las lindes de la Ciudad.
El consorcio estudia unos diez proyectos empresariales más, que supondrán 100 millones de inversión
Las empresas y los habitantes de la Ciudad se repartirán entre los ocho campus que se construirán a orillas del río Duero, entre los que destacan el Industrial y el Tecnológico. Ocupa un total de 552,48 hectáreas. El consorcio prevé que la Ciudad esté construida en tres años.
La primera en unirse al proyecto fue Iberdrola, que firmó un convenio con la Ciudad en junio de 2006 para invertir cerca de 359 millones en la construcción y desarrollo de cinco plantas de producción de electricidad basadas en energías renovables. A la iniciativa se han unido en diferentes fases compañías como Telefónica, Urbaser, filial de servicios medioambientales de ACS, o el Banco Santander. El proyecto de Urbaser, por ejemplo, pondrá en marcha la primera instalación en todo el mundo que permite generar energía limpia aprovechando el 100% de los residuos urbanos. Además, Urbaser explotará un centro de investigación para exportar y seguir desarrollando su modelo pionero de gestión avanzada de residuos. Con una inversión de 24 millones de euros, el proyecto de Urbaser prevé la generación de 30 puestos de trabajo.
La iniciativa pública ha aportado 150 millones que servirán para urbanizar el entorno en 2009 y para construir la Cúpula de la Energía, 'un edificio emblemático en sostenibilidad' y otros 'proyectos singulares', explica Jiménez.
El presidente no cree que 'sea necesario más dinero público'. Los proyectos actuales ya han superado las expectativas de inversión de sus promotores pero el interés de las empresas por la iniciativa sigue creciendo. 'Ahora mismo, ya hay entre ocho y diez proyectos empresariales en distintos puntos de maduración, entre los que se prevé un hotel', afirma Jiménez. Su materialización supondrá la inversión de cerca de 100 millones de euros más en la Ciudad.
Los habitantes de la población más 'verde' tendrán coches eléctricos
La Ciudad del Medio Ambiente no será un polígono industrial. El proyecto prevé la construcción de 790 viviendas, 'con estrictos criterios de sostenibilidad', afirma Jiménez.Un 30% de estas viviendas será de protección oficial y el resto, de precio libre 'controlado', dice.Los promotores de las viviendas habrán de facilitar a los habitantes de la Ciudad coches eléctricos porque 'no se puede circular con vehículos con combustible fósil'. El consorcio soporta los gastos de los coches eléctricos para los visitantes y el transporte público se realizará con autobuses con hidrógeno.Para los colegios y otras dotaciones públicas, los habitantes tendrán que desplazarse a Soto de Garray. 'No se trata de crear un ghetto. Debe integrarse en el entorno', estima el presidente.