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Secretos de despacho

Ambiente marino en Mormedi

Jaime Moreno necesita rodearse de los diseños que realiza para empresas.

El espacio lo inunda un color marino. Jaime Moreno, madrileño, de 37 años y presidente de la empresa de diseño industrial Mormedi, se siente cómodo trabajando entre paredes revestidas de gresite en un tono azul intenso. Le gusta estar rodeado de carpetas, 'porque cada una contiene un proyecto y necesito tenerlos todos a la vista'. Los encargos que recibe son peculiares, por ejemplo, el diseño -que le ha encomendado Castrosua- de los primeros autobuses eléctricos que empezarán a circular por nuestras ciudades. Cuando tenía 23 años empezó a diseñar coches para Honda. Y desde entonces ha ido sumando clientes como Airbus, Audi, BMW, Siemens, Iberia, Telefónica, Coca-Cola, Talgo, Flex, BBVA o Heineken.

'Cuando un cliente llega a Mormedi siempre viene buscando una solución a un problema, con el fin de mejorar las ventas o de actualizar un producto que ya se le ha quedado obsoleto', asegura Moreno. Por fortuna para él y para su organización, las empresas, para poder sobrevivir hoy día en un mundo tan competitivo, tienen que seguir innovando. 'El diseño es un mundo muy particular porque hay productos que vuelven con el tiempo y otros que tienen que estar constantemente renovándose'. Cita como ejemplo el de los teléfonos móviles, 'que suelen tener una vida de dos años', un sector con marcas que generan que este tipo de productos sean perecederos. Según Moreno, la vida de un producto hoy día es de uno o dos años, 'más tiempo ya son viejos', cuando lo normal siempre han sido entre cinco y ocho años. 'Hoy todo sucede de forma muy rápida y las marcas se renuevan con el lanzamiento de productos'.

De las paredes cuelgan muestras de los bocetos, 'y para todo ello se requiere espacio'. De lo que se deduce que Jaime Moreno necesita de un lugar amplio, pero sobre todo de muros, para desempeñar su trabajo. 'Tengo que tener cerca todos los diseños que hacemos y los que tiene la competencia de nuestros clientes'. Jaime Moreno estudió diseño industrial especializado en el sector de la automoción. En 1996 tenía decidido trabajar en Seat, pero al final acabó haciéndolo como consultor para Philips, donde le encargaron el diseño de varios aparatos. 'Y decidí seguir el camino profesional que se me había abierto inesperadamente', recuerda. Tuvo otra oferta de Seat, pero continuó con su faceta de empresario.

'Ser independiente y trabajar para ti mismo, aunque al final acabas haciéndolo para un cliente, te da muchas satisfacciones'. Lo peor de todo, asegura, es sacar tiempo para atender todos frentes 'que como gestor siempre tienes abiertos', a la vez que los viajes que tiene que realizar, una media de tres días a la semana. 'He tenido que ir aprendiendo a gestionar con el día a día, sobre todo de los errores, aunque también me he formado con cursos y seminarios, con el fin de enriquecerme en conocimientos'. Trabaja una media de 12 horas diarias, aunque reconoce que muy pocas veces desconecta, 'con la empresa pasa lo mismo que con la familia, que nunca te desvinculas de ella, y siempre estás pensando en cómo mejorar y en nuevos proyectos'.

Le gusta trabajar con equipos pequeños pero muy expertos, 'sobre todo que destaquen por algo, que sepan hacer las cosas mejor que otros'. Es entonces cuando él se relaja y se puede dedicar a supervisar la fase creativa y la estrategia de Mormedi a largo plazo. Sobre la actual crisis económica, advierte que se está notando sobre todo en algunos sectores como el de la automoción y en empresas pequeñas y medianas, que están disminuyendo el desarrollo de nuevos productos.

Jaime Moreno asegura que su manera de actuar se basa en la exigencia, 'porque quiero que la gente esté comprometida con el proyecto y que tenga pasión por lo que hace'. Ahí, opina, radica el éxito de cualquier compañía contemporánea. 'Es muy difícil que, si no te gusta lo que haces, puedas triunfar, eso se nota en el resultado final del producto y repercute en el cliente'.

El pañuelo de la abuela

Es muy ordenado. Lo necesita para trabajar, aunque reconoce que muchas veces es difícil conseguirlo. Lo que no precisa es un mobiliario extremadamente lujoso, sino funcional. Para ello ha elegido cuadros y mesas de diseño básico de Ikea, así como bocetos que le ha regalado un compañero de su etapa en Philips. 'No le presto demasiada atención a los objetos, sólo pido que el lugar en el que trabajo me facilite lo que tengo que hacer. A los objetos no le tengo apego'. Resulta curiosa esta afirmación en un profesional que, precisamente, se dedica al diseño de objetos. 'Cuando trabajo me concentro tanto en lo que hago que no necesito cosas superfluas'. A su lado tiene maquetas de sillas, libros, regalos que le han hecho sus hijos y revistas de diseño industrial. 'Cada elemento del despacho tiene un significado especial porque forma parte de mi vida y de mis recuerdos, eso es lo que te acompaña verdaderamente en el día a día'.En un lugar muy especial, Jaime Moreno tiene un cuadro con un pañuelo de Givenchy que le regaló su abuela y que siempre le acompaña. 'Decidí enmarcarlo porque la persona que me lo ha dado es muy especial para mí, y también porque tiene el nombre de estaciones de esquí, deporte al que soy aficionado'.

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