ETA asesina a un empresario, contratista de la 'Y vasca'
Dos terroristas matan a tiros a Ignacio Uria en la localidad guipuzcoana de Azpeitia.
Como todos los días después de comer, a eso de la una del mediodía (en muchas comarcas de Guipúzcoa se almuerza a las 12.30 horas), Ignacio Uria, de 71 años, se dirigió con unos amigos al restaurante Kiruri de Azpeitia, a jugar una partida de mus y tomar el café. El establecimiento está situado a pocos metros de su domicilio y de la empresa familiar de la que era accionista, la constructora Altuna y Uria, que participa en las obras del tramo vasco del Tren de Alta Velocidad (TAV). Este proyecto está en el punto de mira de las pistolas de la banda terrorista porque, según su enloquecido discurso, 'entierra en cemento el futuro de Euskal Herria'.
Los pistoleros de ETA conocían las costumbres de Ignacio Uria posiblemente informados por algún vecino de una localidad de 14.000 vecinos, donde casi todos se conocen. Le esperaron frente al parking del restaurante cuando caminaba solo, detrás de su cuadrilla de amigos, y le dispararon en la frente y en el pecho. Después huyeron en un turismo de la marca Alfa Romeo que habían robado en el Alto de Itziar, a unos 25 kilómetros del lugar del atentado. Antes habían dejado atado a un árbol al propietario del vehículo. Tras matar al septuagenario empresario, regresaron al citado monte, porque quemaron allí el Alfa Romeo para borrar huellas, y luego debieron huir del lugar en otro coche.
Dos ambulancias acudieron a los pocos minutos a atender el cuerpo tendido de Ignacio Uria. Los especialistas sanitarios intentaron reanimarle durante más de una hora, pero dejó la vida sobre el asfalto y bajo una intensa lluvia. Uno de los amigos que le acompañaba a diario en la partida de mus señaló ayer que era un hombre 'muy familiar' (casado y con cinco hijos) y 'un trabajador nato'. Añadió que aunque el miedo a ETA 'siempre lo había tenido dentro', nunca lo había exteriorizado. No contaba con guardaespaldas ni tomaba medidas de protección, de lo que se han aprovechado los terroristas.
EA rompe el pacto que sostenía a ANV en la alcaldía de Azpeitia
El grupo constructor Altuna y Uria es una empresa familiar cuyo capital está en manos de Ignacio Uría y dos de sus hermanos, y donde también trabajan alguno de los hijos del asesinado. La compañía fue fundada en la pasada década de los cincuenta por su padre Alejandro, un albañil 'que empezó de cero' y que procedía del Caserío Azkune, del barrio de Loyola, donde está ubicada la sede social, junto a la basílica edificada en honor de San Ignacio de Loyola, natural de Azpeitia. Muchos de los habitantes de esta localidad han trabajado y trabajan en Altuna y Uría, que ahora tiene 370 empleados. Su ayuntamiento está gestionado por ANV, en coalición con EA y Aralar. EA anunció ayer que abandona el gobierno municipal.
El grupo Altuna y Uria participa en la construcción en Euskadi del enlace ferroviario de alta velocidad que unirá la Península Ibérica con el resto de Europa. Las obras del TAV ha sido atacadas en varias ocasiones por ETA. Este año han atentado en una veintena de ocasiones, en tres de ellas contra constructoras. En 2007, cinco camiones de Altuna y Uria sufrieron diversos daños y los terroristas realizaron pintadas en su sede. El grupo de Azpeitia consiguió la adjudicación, junto a Tecsa, de la construcción del primer tramo en el trazado de la alta velocidad ferroviaria en suelo vasco, y que enlazará las localidades alavesas de Arrazua-Ubarrundia y Legutiano. No es la primera vez que ETA levanta su particular cruzada contra unas instalaciones. Ya atentó, y causó muertos, durante las obras de la fracasada central nuclear de Lemóniz (en la costa de Vizcaya). También castigó a la citada Autovía de Leizarán.
Ocho años después, ETA a vuelto a asesinar a un empresario. En 2000 le quitó la vida a José Mari Korta, también en Guipúzcoa y asimismo junto a su empresa, en este caso en Zumaia. Fue otro de sus ataques a un colectivo al que periódicamente intenta extorsionar, ofreciendo tranquilidad a cambio de dinero el 'impuesto terrorista'. Fue una conmoción mayor, puesto que Korta era presidente de la patronal Adegi.
El asesinato ayer de Uria provocó que EA rompiera el pacto de gobierno que mantenía a ANV al frente de la alcaldía de Azpeitia. Su alcalde, Iñaki Errazkin, se negó a condenar el crimen.
Un enlace ferroviario de 5.000 millones
La Y vasca, el enlace ferroviario por alta velocidad que conectará a las tres capitales vascas en 2013 y que comunicará a Euskadi con Madrid en este tipo de vía, es un proyecto en marcha que puede suponer una inversión final de más de 5.000 millones de euros. El dinero necesario para su ejecución está siendo adelantado por el Gobierno vasco. Posteriormente y vía Cupo, será reintegrado por las arcas del Estado. La Y vasca es, por su cuantía, una de las inversiones estrella en el País Vasco. Además se encuentra entre las principales obras públicas incluidas en el plan anticrisis para los próximos años anunciado por el lendakari, Juan José Ibarretxe, y las diputaciones forales.Las obras de la Y vasca, de las que apenas se han adjudicado un 25% de los tramos, se han presentado como un balón de oxígeno para un buen número de empresas de construcción, gran parte de ellas radicadas en el País Vasco.Con un mercado inmobiliario a la baja, la obra pública se ha convertido en un refugio donde encontrar los recursos necesarios para afrontar la crisis que afecta al conjunto del sector.La corta historia de la Y vasca se puede asemejar a los inicios, hace cerca de 20 años, de las obras de la autovía de Leizarán, la vía que ha conseguido unir a Guipúzcoa con Navarra tras una inversión de más de 1.000 millones de euros. Varias compañías que se adjudicaron tramos en esta carretera sufrieron diversos atentados por parte de ETA.Parte de su maquinaria fue destruida sin que se llegaran a producir asesinatos. La firmeza de las instituciones y la unión de la mayoría de los partidos políticos consiguió sacar adelante el proyecto.