Las empresas no avanzan en I+D+i
La inversión en I+D+i alcanzó 13.342 millones de euros en 2007, un 13% más que un año antes, según los últimos datos oficiales, que hizo públicos ayer el INE. En equivalencia del PIB, aumentó siete décimas, hasta el 1,27%, lo que supone un ligero avance hacia el objetivo del 2% que deberá alcanzarse en 2010, según la agenda de Lisboa. La Fundación Cotec -que agrupa a las empresas más grandes de España con el fin de fomentar la I+D+i- expresó ayer su muy justificada desilusión: esperaba una mejor evolución. Sin embargo, el aspecto más preocupante de los nuevos datos estriba en la ralentización de los fondos destinados a I+D+i por las empresas, que han crecido un 13%, pero quedan muy lejos del 20% del año anterior. A este ritmo será imposible cumplir el objetivo de que las tres cuartas partes de la investigación las protagonice el sector privado. La aportación empresarial avanzó sólo cuatro décimas en 2007, hasta el 55,9% del total. Es decir, la única mejora que se registra en los ratios de I+D+i es del sector público.
Es indiscutible que la crisis económica, que se empezó a notar en 2007, ha podido influir en la atonía inversora de las empresas en investigación. De ser así, habrá que estar preparados para unos datos mucho más preocupantes cuando se conozcan las cifras de este año. Los indicadores de inversión, de hecho, se han derrumbado el último trimestre, lo que anuncia peores noticias para la investigación.
La I+D+i aparece como objetivo prioritario en todos los planes anticrisis presentados hasta ahora por el Gobierno. Es lógico. Pero aquí, como en casi todos los campos de la economía, no basta con buenas intenciones. Las empresas que descuiden la investigación saben que se encontrarán con más carencias de competitividad. Los acuerdos con universidades, que sirvan a la vez para optimizar sus recursos, o los trabajos conjuntos de varias empresas son salidas lógicas que el Ministerio de Ciencia y Tecnología quiere impulsar. Los avances en este campo, incluidas las ayudas fiscales, no sólo son imprescindibles, son vitales.