Este acuerdo, que tenía la finalidad de aumentar las reservas de crudo de la compañía española, iba a ser el fruto de negociaciones iniciadas a finales de 2006 con la compañía rusa.
La petrolera indica además que su presidente, Antonio Brufau, no recibió ninguna indicación por parte de ninguna persona ni de instancias externas a la compañía para la toma de dicha decisión.