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Administrador concursal, una profesión con futuro

El aumento de los fallidos empresariales abre a abogados y economistas una nueva especialización.

El huracán financiero en el que se han convertido las turbulencias iniciadas hace poco más de un año en Estados Unidos está imponiendo una nueva realidad de escasez crediticia y de endurecimiento de las condiciones de acceso a la financiación. Aunque los recientes planes de acción coordinada de los distintos Gobiernos parecen sentar las bases para la normalización del sistema bancario mundial, los vientos asociados a ese huracán se empiezan a cobrar cada vez más víctimas en la economía productiva. Una realidad a la que no es ajena la economía española y que se ve agravada en este caso por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

Las cifras son reveladoras. Entre julio y septiembre de este año se han iniciado en España 678 nuevos procesos concursales, que representan un 202,7% más que en el mismo periodo del año anterior, según datos provisionales recogidos por Crédito y Caución (los definitivos se conocerán el 4 de noviembre). Desde enero, la cifra de concursos de acreedores se ha incrementado un 138%.

Este espectacular aumento de los casos de fallidos empresariales, unido al carácter todavía novedoso de la Ley Concursal (la Ley 22/2003, de 9 de julio, entró en vigor el 1 de septiembre de 2004), está exigiendo de los jueces de lo mercantil un importante esfuerzo de formación y de especialización. Una actitud que también debe ser exigible a los administradores concursales, según el abogado y profesor de Derecho Mercantil en la Universidad Rey Juan Carlos Jesús Verdes Lezana.

Verdes es el impulsor, en colaboración con Miguel López-Muñiz, de la Asociación de Jueces y Magistrados Jubilados de España (Amaje), del curso de Especialista en Administración y Derecho Concursal ADEC, que viene a llenar el vacío en la formación multidisciplinar de los administradores concursales, y que se empieza a impartir desde mañana en Madrid.

'Se trata de formar profesionales altamente cualificados para llevar a buen término la finalidad del concurso: resarcir a los acreedores, por un lado, y dar continuidad a la empresa, por otro', afirma Verdes. 'Pero también lo que pretendemos es cambiar el esquema teórico de formación, volcado actualmente en el modelo alemán de administrar las consecuencias jurídicas del concurso, hacia el modelo francés de un Derecho concursal preventivo', asegura.

Así, el objetivo final es formar para la consultoría: asesorar a la hora de formalizar un contrato, previendo las consecuencias de que la empresa entre en concurso; aconsejar sobre los tipos de garantías para protección de los créditos; operaciones de intercambio de créditos o garantías con otros acreedores; medidas cautelares del patrimonio; ejecución de garantías; cláusulas de reserva de dominio; la dación en pago, etcétera. 'Se trata de una nueva profesión', asegura Verdes.

El curso está estructurado en cuatro trimestres, con 450 horas lectivas, y está impartido por la Espo (Escuela Superior de Posgrado de Amaje), con la dirección docente de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y el patrocinio del Consejo General del Poder Judicial. Un total de 30 alumnos -abogados y economistas con más de cinco años de ejercicio- se formarán en esta primera edición. El éxito de la convocatoria ha llevado a trasladar la experiencia a otras localidades, como Burgos, Málaga y Valencia, donde se empezará a impartir el curso en enero.

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