Hacia un pacto integral
Ha tenido que llegar la mayor crisis financiera que se recuerda para que el Gobierno de Zapatero y el Partido Popular entierren el hacha de guerra. El líder conservador, Mariano Rajoy, adelantó ayer que apoyará en el Parlamento las medidas anunciadas por el Gobierno para garantizar la liquidez al sistema financiero español, aunque siempre con una actitud crítica para tener un control parlamentario sobre el destino final de los fondos. Zapatero no puede pretender tampoco contar con cheques en blanco cuando ha movilizado cantidades mareantes que forzarán incluso una revisión de los Presupuestos.
Pero Zapatero y Rajoy sentaron las bases de lo que España precisa hace tiempo y parecía imposible: diálogo político para afrontar las reformas que reconstruyan el crecimiento económico cuando la crisis ceda, desde cambios en el mercado de distribución, transportes o energía, hasta la reforma de las pensiones.