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Hacia un nuevo orden financiero

Islandia pide un crédito a Rusia y nacionaliza el segundo banco del país

El Gobierno de Islandia puso ayer en marcha las primeras acciones de su plan de emergencia para superar la crisis financiera. Tras aprobar en la noche del lunes con carácter de urgencia el paquete de medidas 'más radical' en la historia del país, según su primer ministro, Geir Haarde, el Estado asumió el control del Landsbanki, segunda entidad crediticia del país.

El Kaupthing, primer banco islandés, recibió un préstamo de 500 millones del Banco Nacional (Sedlabanki), dos días después de asegurar que su situación financiera era buena, aunque desmintió que vaya a seguir los pasos del Landsbanki y del Glitnir, nacionalizado ya hace una semana.

Horas después de que el Banco Nacional comunicara la aprobación de un crédito ruso por 4.000 millones de euros, Haarde tuvo que rectificar y reconocer que el acuerdo aún no se había cerrado y que expertos del Sedlabanki viajarán a Moscú para negociar las condiciones del préstamo.

La aclaración de Haarde, que se mostró no obstante confiado en que habrá acuerdo, se produjo después del desmentido desde Moscú del viceministro de Finanzas ruso, Dmitri Pankin.

La radicalización de la crisis revela la fragilidad de la economía islandesa, un país de apenas 300.000 habitantes que ha vivido años un boom económico gracias a la gran expansión de su sector financiero, que representa ocho veces el PIB nacional.

Tras décadas de austeridad, dependencia casi absoluta de la pesca y economía estatalizada, Islandia ha experimentado una transformación enorme en las últimos 30 años. Al mismo tiempo que el sector financiero crecía y crecía, aparecieron los primeros síntomas de calentamiento de la economía, que empezaron a tomar visos de gravedad el pasado mayo, cuando los bancos centrales de Suecia, Noruega y Dinamarca concedieron un crédito extraordinario de 1.500 millones de euros al Sedlabanki.

Moscú apoya a su banca

Dmitry Medvedev, presidente de Rusia, anunció ayer una ayuda al sector financiero de su país de 26.700 millones de euros durante cinco años. El dinero provendrá del Banco Central y del presupuesto estatal. La entidad pública Sberbank canalizará los fondos.

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