Materias primas y emergentes se unen al desplome general
El temor a que una crisis sin precedentes, que arrastra el sistema financiero y las Bolsas de los países desarrollados -Estados Unidos y Europa-, se cobre víctimas en otros ámbitos geográficos e incida con fuerza en la economía real parece que ya no es una amenaza teórica. No se trata únicamente de que los mercados bursátiles de los países emergentes no se hayan librado de la hecatombe -ayer la Bolsa de Sao Paulo (Brasil) suspendió temporalmente su cotización tras una caída de más del 10%, la mayor de una década-, hay otro aspecto que preocupa a los expertos. Consideran que el fuerte desplome de los precios de las materias primas puede ser un síntoma de que las economías de las principales naciones emergentes -China, India o Brasil, entre otras-, que iban a ser un contrapunto a la recesión occidental, tendrán que revisar a la baja sus previsiones de crecimiento.
El Brent llegó a depreciarse ayer más de un 9% -récord histórico- lo que le llevó de nuevo al entorno de los 93 dólares el barril. El crudo de referencia en el mercado europeo desciende así un 36% desde el precio máximo de 146 dólares alcanzado el pasado 3 de julio, tras dos anteriores semanas marcadas por la elevada volatilidad y una recuperación de la cotización.
Para Charles Whall, de BNY Mellon, en este comportamiento subyace el efecto combinado de los altos precios y de una debilidad de la demanda inducida por un menor crecimiento económico, que compensan las pérdidas de producción debidas a los huracanes y los conflictos de Georgia, Angola y Nigeria. En este contexto, este analista estima que el suelo del petróleo podría situarse en los 90 dólares el barril
Además de los hidrocarburos, las materias primas más relacionadas con la actividad industrial corren la misma suerte. El cobre, quizá el metal más relevante por su utilización en infraestructuras y en la construcción, podría acabar este año en pérdidas por primera vez desde 2001. Desde los máximos de 2008 -8.730 dólares la tonelada alcanzados el 7 de abril - ha descendido un 26% hasta 6.450 dólares. Por su parte, el níquel cede un 50% desde su cotización más alta de 2008. Sólo el oro se mantiene como refugio: está positivo en el año y ayer llegó a subir más de un 5%.
Y las Bolsas emergentes no lo están haciendo mejor: unas -como la rusa, brasileña o mexicana- están afectadas por la reducción de ingresos por la caída de los precios de las commodities que tienen un fuerte peso en sus índices. Otras se desploman por la crisis global, ya que en realidad China e India se benefician, a través de una menor inflación, del descenso de las commodities.
Los índices de Hong Kong y Bombay se dejaban ayer un 4,29% y un 3,87%, respectivamente, con lo que acumulan unas pérdidas del 35% y el 37% en 2008. Peor trayectoria presenta Shangai que se hunde el 56,4% en el año. Los castigados mercados rusos no van a la zaga: el Micex y el RTSI (en dólares) se derrumbaban un 5,5% y un 7,11%, con lo que se desvalorizan el 46% y el 47% desde enero. En América Latina, el comportamiento de los inversores no es diferente: se impone el miedo y las ventas, que llevan a los índices selectivos de las Bolsas de México y Brasil a descender un 19% y un 30% en 2008.