Ayudas a la I+D+i al alcance de todos
La creación del Ministerio de Ciencia e Innovación ha resultado una noticia muy positiva para las empresas españolas, ya que a priori, dentro de los objetivos de esta cartera está el compromiso de reactivar las inversiones en I+D+i favoreciendo, mediante un apoyo estable y generoso, el crecimiento y la innovación empresarial.
Una de las prioridades para España es la competitividad de sus empresas en un mercado cada vez más global, y para ello necesitan innovar. Sin innovación no hay mejoras en la productividad y ya sabemos que el mercado sólo reconoce a las empresas innovadoras. La baja inversión en I+D+i por parte de las empresas es pues una amenaza real para su desarrollo.
Para conseguir este avance tan anhelado dentro de nuestras fronteras, es necesario fomentar y facilitar, por parte de los organismos públicos, tanto medidas de desarrollo de infraestructuras tecnológicas, de apoyo a la difusión de la cultura de la innovación, como la utilización de las magníficas herramientas disponibles en nuestro país como las deducciones fiscales y subvenciones públicas por I+D+I.
En este sentido, dentro del Plan Nacional de I+D+i 2008-2011 se ofrecen incentivos (ayudas) orientados a distintos tipos de empresas (sector y tamaño) y proyectos. Además, por otro lado, como regla general, toda empresa española que realice actividades de I+D+i puede deducirse fiscalmente ese gasto.
La gran tarea de la nueva ministra es orquestar la cultura de todas las ayudas disponibles, de manera que estén al alcance de las empresas y se aprovechen en su totalidad. Cualquier posible retirada en el apoyo a la I+D+i que se produzca del tipo que sea, provocaría riesgos en la continuidad de la innovación y el desánimo de los empresarios. Ejemplos claros de ello son los problemas que generan la fuga de talentos o la entrada en vigor de la Ley 35/2006 que ha establecido la supresión de las deducciones fiscales por I+D+i provocando un desaliento generalizado del sector empresarial.
Ha llegado el momento de aprobar los Presupuestos Generales del Estado y ahora es cuando el Ministerio de Ciencia e Innovación debe demostrar su interés en seguir fomentando las inversiones a la I+D+i. La situación financiera actual no es la más adecuada, pero precisamente por ese motivo es de suma importancia que los empresarios sigan contando con el apoyo a unas inversiones que de otro modo pueden desaparecer, alejándonos aún más del 2% del PIB, objetivo ya revisado de la Agenda de Lisboa.
Para que el sector privado pueda acometer y liderar las inversiones en I+D+i previstas por el Gobierno, tenemos que tomar conciencia de la realidad empresarial española: somos un país de pymes, en el que aún no se han producido las fusiones necesarias entre empresas de determinados sectores, si nos comparamos con otros países europeos. Dentro de unos años, las pymes se habrán ido concentrando para crecer en tamaño, hasta llegar a convertirse en grandes empresas, momento en el que el enfoque de la política de innovación cambiará para adaptarse al modelo empresarial.
Ahora es el momento, de apoyar en el corto y medio plazo la innovación, promover la realización de proyectos de innovación y transferencia de tecnología. Para ello el sector privado debería poder conocer y conseguir las ayudas que le puedan corresponder, acordes con su tamaño e involucración en procesos de I+D+i. Es muy importante contar con un sistema que se retroalimente, crear entornos que piensen en los intereses y necesidades del mercado, que las empresas inviertan cada vez más, porque el Gobierno les apoya.
Por todo ello, debemos hacer un esfuerzo divulgativo y simplificador a la hora de dar a conocer la totalidad de las ayudas a la innovación existentes, y ponerlas al alcance de las empresas que cuentan con esta cultura, apoyarlas con hechos para que prosigan en su avance, investigando y desarrollando. De esta forma, desterraríamos la famosa frase que inventen ellos y las actividades empresariales en I+D+i harán realidad la diferenciación de nuestros productos y servicios, requisito que exige una continua política de innovación en los procesos productivos, contar con infraestructuras de última tecnología y plantillas altamente cualificadas.
Víctor Tarruella de Oriol. Socio-director general de Asesoría I+D+I