Morgan Stanley y Goldman Sachs obtienen ficha de banca comercial
Menor rentabilidad, menos riesgo, más regulación y más supervisión. Sólo durante una crisis crediticia y de confianza como la actual podría Wall Street abrazar esos conceptos. El domingo, Morgan Stanley y Goldman Sachs, los dos únicos bancos de inversión independientes, recibieron de la Fed la autorización para convertirse en firmas habilitadas para tener depósitos. Wall Street completa su transformación.
El futuro de la banca de inversión y corretaje independiente se empezó a cuestionar abiertamente cuando, en marzo, Bear Stearns desapareció y Lehman Brothers empezó un imparable declive que se ha saldado con su suspensión de pagos hace apenas una semana. La falta de confianza en este modelo por parte de los inversores en estos tiempos convulsos y de cambio forzó a Goldman Sachs y Morgan Stanley a solicitar el domingo a la Reserva Federal (Fed) una autorización para convertirse en holdings.
El permiso llegó a eso de las 9.00 de la noche en Nueva York (madrugada en España) y, ayer, la autoridad monetaria eliminó los periodos de transición e hizo ejecutiva su decisión inmediatamente. Morgan cayó el 0,74% en Bolsa y Goldman, un 5,79%.
Con esta transformación Goldman, el banco que ha sido sinónimo del riesgo, y Morgan Stanley se parecerán más al resto de la banca comercial y podrán construir una base de capital a través de depósitos con la que reducir su necesidad de financiación del mercado de deuda. Este último ha estado bajo una intensa presión desde el colapso de Bear Stearns.
La dependencia que tiene la banca de inversión de un mercado de crédito bien engrasado -donde fluya sin contrariedad la deuda a corto-, el alto apalancamiento y el elevado riesgo, es algo que ahora no convence a unos inversores que huyen del modelo de riesgo tomado, razón por la que las acciones de estas entidades han estado sufriendo importantes reveses.
A partir de ahora, Goldman Sachs y Morgan Stanley estarán sujetos a una mayor supervisión de sus actividades por parte de la Reserva Federal. Antes eran competencia de la SEC. También podrán acceder a la ventanilla de descuento para conseguir liquidez sin más y no como hasta ahora, por una circunstancia extraordinaria. Los bancos, además, deberán cumplir con los nuevos requisitos mínimos de capital.
En los comunicados con los que se anunció esta decisión, los consejeros delegados señalaban los beneficios del nuevo modelo haciendo énfasis en la seguridad y la certidumbre. 'Creemos que Goldman, bajo la supervisión de la Reserva será visto como una institución aún más segura con un balance excepcionalmente limpio y una gran diversidad de fuentes para su financiación', explicaba su consejero delegado, Lloyd Blankfein. John Mack, su homólogo en Morgan, afirmaba que esta nueva estructura 'asegurará que Morgan Stanley esté en la mejor posición, con estabilidad y seguridad, para aprovechar las oportunidades del cambiante mercado'.
Aunque ambas entidades ya tienen una base de depósitos de sus clientes patrimoniales, los dos señalaron que para captar fondos crecerán orgánicamente y también comprarán bancos. De momento, Morgan Stanley, empezó por vender entre un 10% y un 20% a Mitsubishi UFJ Financial Group, el mayor banco de Japón. Si se hacen con el mayor porcentaje, algo que depende de la due diligence, Mitsubishi pagará un máximo de 8.400 millones de dólares (5.700 millones de euros). Las negociaciones con Wachovia, están canceladas.
Cambios
Regulación Los bancos pasan a depender de la regulación y vigilancia de la Reserva Federal y no de la SEC, como hasta ahora. Se especula con que la Fed pueda terminar regulando también los hedge funds.
Menos riesgo Ambas entidades tienen que subir su nivel de capitalización y reducir el apalancamiento.
Menos bonus Los beneficios serán menores, habrá menos riesgo y, por lo tanto, unas compensaciones menos superlativas que en el pasado.
Nomura compra a Lehman sus operaciones en Asia
La fuerte posición de caja de los bancos japoneses permite que, a pesar de la crisis en este país, dos de ellos se lancen sobre las oportunidades abiertas por el fin de Wall Street, tal y como lo compuso la Ley Glass Stegall en los años treinta. Además de la toma de posición de Mitsubishi en Morgan Stanley, ayer Nomura, la mayor firma de corretaje nipona, anunció que había adquirido las operaciones de Asia Pacífico de Lehman Brothers, en suspensión de pagos desde el lunes.La compra, substanciada a través de una subasta, se cerró por 225 millones de dólares (unos 152 millones de euros). Nomura, que no se hace con las pérdidas de la firma, se convierte así en la nueva casa de unos 2.940 empleados y 10 oficinas en la zona. El banco, que hacía años que se replegó a Japón, se hace así con una de las fichas que esta convulsa semana ha movido en el tablero de Wall Street. Ahora, esta entidad tiene que asegurar una rápida transición cultural entre dos bancos que difieren en cuanto a la agresividad con la que lidian sus negocios.Por su parte, Barclays, también confirmó ayer que conservaría a 10.000 personas de la división que compró la semana pasada en Nueva York. El banco británico, no obstante, aún tiene que esperar a que se resuelvan las últimas disputas judiciales con las que cerrar esta transacción. La última tiene que ver con una demanda Bay Harbour Management un hedge fund que invierte en compañías insolventes y con problemas. Este fondo, cliente de Lehman, dice quiere que el juez opine sobre la reciente inyección de capital que la oficina de Londres hizo a la de Nueva York por valor de 8.000 millones de dólares, dinero que está, como el banco, bajo supervisión judicial.