Detener el pánico
El mundo financiero respiró aliviado el viernes, cuando las fuerzas al completo del Gobierno de EE UU se emplearon en detener lo que se ha convertido en un pánico global en toda regla. Ahora llega el igualmente crucial trabajo de proteger a los contribuyentes -y restaurar los mercados- tras la histórica intervención federal (...).
Que esta intervención sea acertada, sin embargo, vendrá determinado por cómo son implementadas las políticas específicas en los días y meses próximos. Un error garrafal es la prohibición por parte de la SEC de las ventas a corto plazo (...). La prohibición 'temporal' parece una obra de teatro político diseñado para apaciguar a los presidentes de compañías -como John Mack en Morgan Stanley- que no quieren a alguien apostando a que sus acciones caigan. La primera tentación de los políticos en una crisis es disparar al mensajero, y los vendedores a corto son con frecuencia mensajeros de malas noticias. Pero prohibir información en un mercado es siempre un engaño (...).
La buena noticia por el momento, es que el pánico parece haberse aplacado. El Congreso necesita ahora actuar rápido, aunque sin su costumbre de añadir más responsabilidades a los contribuyentes (...). La meta no es controlar los mercados sino revivirlos.