La crisis financiera cambia la campaña
Los candidatos han reaccionado con tibieza esperando que Bush mueva ficha tras una semana que definirá el futuro de la presidencia.
Decía Rick Davis hace unas semanas que en esta campaña, 'lo importante no son los temas electorales sino las personalidades de los candidatos'. Esto podría haber sido válido solo si la semana pasada no hubiera entrado en los libros de historia. En apenas siete días el sistema bancario capitalista dejó de funcionar y el Gobierno prepara una intervención de rescate para la banca que se calcula inicialmente en 700.000 millones de dólares (medio billón de euros) en dos años. Es una cantidad similar a la gastada en la llamada 'guerra contra el terrorismo' y, más aún, debe redefinir la filosofía económica de EE UU.
A seis semanas de las elecciones, esta hecatombe cambia la campaña y cuestiona la vigencia de unos programas económicos que contemplan reducciones de impuestos y tímidos recortes de gastos. Pese a ello, la respuesta de los candidatos ha sido relativamente discreta.
Los dos apoyan una ampliación de la regulación bancaria y el resto de las instituciones financieras aunque Barack Obama lo hizo público en marzo y, en aquellas fechas, John McCain aseguraba que siempre 'era partidario de la menor regulación' posible. McCain se ha convertido en esta semana. Ambos candidatos coinciden en que hay que hacer más eficiente la regulación financiera, reducir y consolidar las agencias, y endurecer las reglas que determinan el tipo y la cantidad de fondos en poder de la banca. El demócrata quiere que el Gobierno cree una oficina de vigilancia de riesgos financieros que identifique situaciones en las que las prácticas puedan amenazar al sistema.
Obama abogó por más regulación en marzo y McCain lo hace desde esta semana
Obama se reunió el viernes con su equipo asesor, y antes de que se conociera el plan del Tesoro de Henry Paulson dijo que lo apoyaba porque la cuestión superaba cualquier división de los partidos. 'Dada la gravedad de la situación', afirmaba en un comunicado, 'he pedido a mi equipo que no presente un plan detallado sobre cómo debería estructurarse un programa hasta que el Tesoro y la Reserva presenten su propuesta', que es algo que han estado haciendo desde este fin de semana.
El demócrata dijo que había hablado con Paulson y con Ben Bernanke y apenas señaló algunas condiciones a este plan como su temporalidad, la coordinación con el G20, la protección de los intereses a largo plazo y la necesidad de que la ayuda a Wall Street se complete con otra a los ciudadanos.
Obama, que ha ridiculizado a su oponente por decir que los fundamentos de la economía eran sólidos, insiste en que hay que poner en marcha un segundo paquete de estímulo valorado en 115.000 millones que incluya una segunda ronda de devoluciones fiscales y planes de infraestructuras.
McCain ha propuesto soluciones similares al Gobierno. No ha dicho nada de un estímulo fiscal y antes de corregirse, efectivamente dijo que la economía no estaba bien. Echó la culpa de ello a los lobbies, a Fannie Mae y Freddie Mac, a la SEC y propuso más regulación y protección del sistema financiero para asegurar propiedades y ahorros.
McCain aboga por la formación de un Fondo Hipotecario y para Entidades Financieras (MFI) 'que debe ser el elemento vital en la gestión de la actual crisis'. El MFI ayudaría a investigar los riesgos de las instituciones y tratar de evitar quiebras y rescates 'caros'. Su misión es poner en marcha un proceso ordenado para resolver la crisis del mercado. El MFI identificará a instituciones financieras con problemas y tomará medidas para reforzarlas. Pero no es obligatorio, las firmas con problemas pueden elegir acudir o no al Fondo.
Un elenco de asesores con largo curriculum
Barack Obama y John McCain no han puesto encima de la mesa propuestas muy concretas pero han sentado alrededor de ella a asesores con un largo curriculun para ayudarles a navegar en estos momentos en el que el capitalismo cambia de rumbo.El viernes, el ex presidente de la Fed, Paul Volcker, se sumó a las conversaciones sobre la crisis de la misma manera que lo hicieron los secretarios del Tesoro con Bill Clinton, Robert Rubin y Larry Summers. De aquellos buenos tiempos también estaban Gene Sperling y Laura Tyson, asesores económicos del presidente y el ex secretario de comercioWilliam Daley. Siguiendo la reunión por teléfono se sumaron el inversor Warren Buffett, el nobel Joseph Stiglitz y sorprendentemente (o no) el primer secretario del Tesoro de George Bush, Paul O'Neill.John McCain, mientras tanto tiene como asesores al ex alto cargo del Tesoro de Bush, John Taylor, Douglas Holtz-Eakin, ex jefe de la oficina presupuestaria del Congreso, el ex analista jefe del FMI, Kenneth Rogoff, las empresarias Carly Fiorina y Meg Whitman, el consejero delegado de Merrill Lynch, John Thain y el profesor Martin Feldstein, consejero de AIG. Su campaña hasta hace poco estuvo asesorada por el senador de Texas Phil Gramm.Este legislador fue el artífice de la mayor desregulación de los mercados, de la banca y de la legislación que prohibió regular los credit default swaps. El equipo de Obama tiene más experiencia con crisis, pero Summers y Rubin apoyaron a Gramm y la desregulación.