EE UU prepara la mayor intervención en los mercados desde la Gran Depresión
Los líderes del Tesoro, el regulador de los mercados (SEC) y la Reserva Federal se reunieron ayer con miembros del Congreso para asegurarse que el legislativo les autorizará a un plan amplio y permanente para intervención en los mercados financieros. El plan, que aún se está estudiando, incluiría asumir los activos "tóxicos" de la banca para aligerar el peso de sus balances. La acción se perfila como la mayor intervención en los mercados financieros desde la época de la Gran Depresión.
La crisis financiera que lleva una semana asolando y cambiando la cara del panorama financiero estadounidense y mundial está agotando los superlativos con los que referirse a momentos históricos. Y el que está por venir será digno de inscribirse en un lugar de honor en los libros.
El Gobierno de EE UU, la Reserva Federal y la SEC están estudiando poner en marcha un plan de solución permanente para una crisis crediticia que ha desatado el pánico y la desconfianza, evaporado la liquidez del mercado global, asustado a inversores y ahorradores, parado virtualmente el vital engranaje del crédito y abocado a varias instituciones a la quiebra o el fin de su independencia. El plan, del que no se ha desvelado aún ningún detalle, podría tener como piedra angular una institución muy similar a las que se crearon en otras crisis como la Gran Depresión o la crisis de los Savings & Loans de mediados de los ochenta.
En este último caso se creó un Resolution Trust Corporation (RTC), es decir una agencia que mantuvo y vendió parte de los activos de los bancos que en aquel momento fallaron. Esta institución, que ironías de la historia, autorizó el padre del actual presidente, George Bush, terminó costando a los contribuyentes unos 123.800 millones de dólares. En este caso, se especula con que la nueva entidad difiera en cierta medida de esta porque se trataría de comprar los activos ilíquidos de instituciones solventes para, si es posible, volverlos a vender en el futuro. O asumir sus pérdidas. Eso es lo que se dedujo de las palabras de Paulson ayer cuando dijo que se trataba de "lidiar con los activos ilíquidos de la banca".
Otra propuesta que se ha barajado es una suerte de Reconstruction Finance Corporation, un programa creado por el presidente Herbert Hoover en 1932 con el que se inyectaba liquidez en el mercado a través de la compra de acciones preferentes de bancos y otros negocios.
Alec Phillips, analista de Goldman Sachs decía anoche en una nota a inversores que una entidad del estilo de la RTC "aunque es apropiada es una pieza de una solución más amplia". Otra de las piezas podría ser la creación de un seguro federal para inversores en el mundo de los hasta ahora ultraconservadores y ultraseguros fondos money market que siempre se han considerado como una especia de cuenta de ahorros y que ahora están bajo una intensa presión. De hecho, solo en la última semana se han retirado de estos fondos unos 169.000 millones de dólares de un total de 3.4 billones de dólares. Esta huida se ha producido después de que algunos de ellos admitieran que están perdiendo dinero.
Con estos planes que están por diseñar se trata de sustituir las resoluciones de conflictos ad hoc en una institución financiera u otra como se ha hecho hasta ahora. Al final, estas intervenciones, que empezaron en marzo con Bear Stearns y se han intensificado con Fannie Mae, Freddie Mac y AIG esta semana solo han calmado la crisis y el miedo en los mercados temporalmente.
La SEC, por su parte está estudiando la posibilidad de prohibir temporalmente el short selling, ventas a la baja, en valores financieros después de lo que se percibe como un ataque de estos especuladores sobre un buen número de instituciones financieras. Ayer, el regulador de los mercados se reunía para estudiar esta posibilidad, algo que ya hizo en julio.
El plan debe ser aprobado por el Congreso, de ahí la reunión que se celebró a última hora de la noche entre el secretario del Tesoro, Henry Paulson, los presidentes de la SEC y la Fed, Christopher Cox y Ben Bernanke, con los líderes de ambos partidos en las dos cámaras. Con gesto de gravedad, el líder demócrata en el Senado, Harry Reid, dijo que esperaban tener la oportunidad de estudiar la propuesta en pocos días, lo que se interpreta como que puede estar lista entre hoy y el domingo. Solo quedan dos semanas de sesiones en el Congreso y seis para las elecciones algo que teóricamente complica mucho la tramitación y puesta en marcha de estas medidas.
Los políticos dijeron que aparcarían sus diferencias y que tratarían de aprobarlo cuanto antes para "aislar a Main Street de los problemas de Wall Street" dijo la demócrata Nancy Pelosi sin admitir el fortísimo impacto que sobre los contribuyentes tendrá un plan que incluso con sus implicaciones éticas se considera el mejor de los malos. El ex presidente de la Fed, Paul Vovker o el ex secretario del Tesoro, Larry Summers, además de prominentes congresistas demócratas ya han abogado por algo similar en estos días.
Cuando ayer los mercados recibieron las primeras filtraciones reaccionaron con euforia no solo por la obviedad de que, ahora, se ve con buenos ojos la intervención, sino porque además habrá más claridad por parte del Gobierno y se resuelven las incertidumbres.