La mancha se extiende
El rescate gigantesco de la aseguradora AIG por la Reserva Federal (Fed) no ha convencido a los mercados. No es de extrañar. El Tesoro de EE UU ha tenido que crear un programa extra de financiación y asegurar a la Fed el efectivo necesario para apagar fuegos sin perjudicar a su propio balance, y Rusia se ha puesto a inyectar fondos públicos en sus grandes bancos. Y es que la crisis financiera se extiende como una mancha de aceite global, inmune a las inyecciones multimillonarias de los bancos centrales para apagar la sequía del crédito. Ayer fue Lloyds el que, a instancias del Gobierno británico, tuvo que tomar la manguera para actuar con el primer grupo hipotecario del país, HBOS. De unirse, crearían el banco más grande de Reino Unido. Tras la caída de Lehman Brothers, Morgan Stanley busca ahora un salvavidas. Las labores de supervivencia serán difíciles. Lo único claro es que nos dirigimos hacia un nuevo orden financiero mundial.