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Revista de prensa

Bajas en Wall Street

Resulta extrañamente tranquilizador que el Departamento del Tesoro y la Reserva Federal dejasen caer a Lehman Brothers, no subvencionaran la angustiosa venta de Merrill Lynch al Bank of America y tratasen de obtener préstamos para el American International Group (AIG), la aseguradora en apuros, en lugar de conceder ellos los préstamos. La intervención del Gobierno hubiese sido considerada como una señal de peligro extremo en el sistema financiero mundial o de extrema debilidad por parte de los reguladores federales.

Hacer y aplicar nuevas normas es necesario, pero no será suficiente. La nación precisa una nueva perspectiva de los mercados, que reconozca la vena autodestructiva del capitalismo descontrolado y su capacidad desenfrenada de provocar estragos mucho más allá de Wall Street.

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