La recaudación tributaria y el fraude fiscal
El fraude fiscal disminuye la recaudación tributaria. Esta afirmación es una perogrullada, pero la opinión pública y los analistas tienden a olvidarla cuando examinan los datos económicos. Hace unos días se hicieron públicos los datos de recaudación y gasto público. En ellos se constata el incremento del gasto, la caída de la recaudación y el consiguiente regreso al déficit público. Rápidamente se han buscado explicaciones en la caída de la actividad económica, freno en el consumo, disminución en los beneficios de las empresas... En resumen, la crisis económica.
Sin embargo, al examinar detenidamente el comportamiento de los diferentes impuestos, vemos cómo la recaudación del impuesto sobre la renta apenas se ha reducido, pese al pago de la mitad de los 400 euros, mientras ha habido una reducción importante en el IVA y la mayor caída se registra en el impuesto de sociedades. Si se tiene en cuenta que la inflación supone, milimétricamente, un incremento de la recaudación del IVA, ya que al aumentar el precio de los productos se incrementa el IVA que los grava, no se entiende la disminución del IVA recaudado. Menos aún se comprende la drástica caída de la recaudación del impuesto de sociedades, teniendo en cuenta que en julio de 2008 se declara el beneficio obtenido en 2007, año de beneficios récord para las empresas (véase por ejemplo el informe de la Central de Balances del Banco de España).
En la situación actual de crisis económica, se ha producido una importante caída recaudatoria en aquellos tributos en los que se percibe un menor control, como el IVA o el impuesto de sociedades. Esto indica que ante circunstancias económicas adversas, hay muchas empresas que han decidido 'incrementar sus riesgos fiscales', según la expresión de un asesor fiscal que conozco. Dicho en román paladino, se ha incrementado el fraude fiscal. Parece que en situación de dificultades, lo primero que se puede dejar de pagar son los impuestos, sobre todo en aquellos en los que se percibe un menor control.
Para hacer frente a la crisis económica, el primer paso es determinar con precisión a qué problemas se enfrenta la economía española. Existen problemas, como el paro del que todos somos conscientes. Sin embargo, los inspectores de Hacienda observamos con preocupación cómo no se considera que exista un problema grave de fraude fiscal; tampoco se es consciente de que el fraude fiscal se está incrementando a medida que la coyuntura económica empeora y lo que hasta hace unos meses era, esencialmente, un problema de justicia, de equidad en el reparto de las cargas públicas, se está convirtiendo en una grave rémora adicional para el crecimiento económico.
Otra cuestión, no menos preocupante, es la ausencia de conciencia fiscal de los españoles, que justifican el fraude cada vez más. Según el último barómetro del Instituto de Estudios Fiscales (organismo dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda), la mitad de los españoles justifica el fraude (lo que es el porcentaje más elevado desde que el IEF comenzase a realizar este estudio).
En consecuencia, los inspectores de Hacienda creemos que es imprescindible, como una parte importante de la política económica del Gobierno para hacer frente a la crisis económica, un paquete específico de medidas para luchar contra el fraude fiscal que debería incluir, entre otras, un incremento de la presencia inspectora, lo que sólo puede conseguirse mediante una mayor dotación de medios humanos y materiales en la Agencia Tributaria. Es imprescindible también una reforma en profundidad del delito contra la Hacienda pública que ha perdido toda su eficacia disuasoria, así como una mayor efectividad de las sanciones para que en ningún caso le resulte rentable al defraudador su conducta.
Creemos que una actuación decidida es urgente. También creemos que la justificación del fraude no sólo se debe a algunos casos de mala gestión del dinero público, sino también a que muchos españoles perciben el sistema como injusto porque consideran que existe demasiado fraude fiscal que no se detecta ni se sanciona.
En cualquier caso, como la recaudación fiscal es imprescindible, si no se acometen reformas en la lucha contra el fraude, sólo quedará el socorrido recurso de aumentar el IRPF que nos retienen todos los meses de la nómina.
Francisco de la Torre Díaz. Secretario de la Organización de Inspectores de Hacienda