El Pentágono cancela la licitación de los aviones cisterna
El contrato para renovar la flota de aviones cisterna de las Fuerzas Aéreas de EE UU será otro de los cabos sueltos que el Gobierno de George Bush deje a su sucesor. Ayer, y después de siete años con un proceso de licitación abierto y cerrado en falso dos veces, el Pentágono anunció la cancelación del contrato de 35.000 millones de dólares (unos 25.000 millones de euros) por el que han pujado Boeing y el consorcio formado por Northrop Grumman y EADS.
Según el secretario de Defensa, Robert Gates, él mismo decidió cancelar esta última ronda de licitación porque los retrasos con los que se estaba desarrollando iban a hacer imposible seleccionar una oferta ganadora antes de fin de año. El nuevo presidente tomará posesión en enero.
Gates explicó en un comunicado que dada la complejidad del proyecto y la animosidad creciente de ambas compañías, el retraso permitirá que haya un periodo de 'enfriamiento'. 'Creo que en el tiempo que nos queda no podemos completar una licitación que se perciba como justa y objetiva en este momento tan cargado'.
Esta decisión llega después de que el Pentágono concediera este contrato, que podría implicar más en el futuro, a Northrop y EADS. Era una buena noticia para la española Casa. Boeing lo protestó y la Oficina de Intervención del Gobierno le dio la razón, motivo por el que se reabrió la licitación que ayer se canceló.
Boeing se perfila como el más beneficiado por este retraso, ya que pidió más tiempo para presentar un nuevo avión a la vista de que el suyo era más pequeño de lo que necesitaban el Pentágono. Northrop habló de 'decepción' en un comunicado en el que señalaba que su primera preocupación es el ejército que seguirá con tanqueros de más de 50 años durante, al menos, una década más.