La crisis complica la vuelta al trabajo
El fin del verano genera pereza. La situación este año se agrava con la crisis económica. Los directivos animan a mantener el optimismo y aprovechar esta oportunidad
Septiembre. Uno de los meses más odiados del calendario. Supone la vuelta al trabajo, a la rutina. Y este año, mucho más. A la pereza de regresar a los quehaceres cotidianos, hay que añadir la crisis económica que nos azota, parecida a la vivida en 1993. Tras 15 años de crecimiento imparable, según los expertos y los indicadores económicos, el horizonte para los próximos meses se presenta lleno de nubarrones e incertidumbre. Ante este panorama, queda poco tiempo para el lamento y mucho menos para hacer caso a la depresión posvacacional.
La situación es difícil, apunta el director general de Esade, Carlos Losada. 'Parece que la caída será en picado y se acentuará en los próximos meses, pero eso no debe llevarnos al pesimismo'. En su opinión, la primera obligación de un directivo es saber gestionar mejor la crisis que la abundancia. 'Ahí es donde se demuestra la valía de un ejecutivo y de un empresario'. Porque la única certeza que se tiene de toda crisis, agrega Losada, 'es que se sale de ella'.
La misma teoría sostiene el presidente del grupo de publicidad y marketing Grey Iberia, John Lynn. Afirma que la desaceleración económica golpeará de lleno, sobre todo al sector de la comunicación, el año próximo. 'No hay que regresar de vacaciones ni con excesivo optimismo ni con demasiado pesimismo, sino aceptando la realidad empresarial que nos está tocando vivir'. Asegura que este mes de septiembre no lo afronta con depresión, sino con preocupación. 'Existe un gran histerismo debido a que se está pintando la situación negra, pero no hay que caer en el desanimo, sino gestionar de manera responsable con el fin de afrontar el próximo año, que será difícil'.
Hay unanimidad en cuanto a que el otoño se presenta complicado y que los ejecutivos han de ser realistas
No intervenir en tiempos de crisis implica aceptar riesgos; el directivo debe plantearse suprimir lo que no funciona
Vicente Moreno, presidente de Accenture, opina que 'mucho se viene escribiendo sobre la percepción y duración de la actual crisis'. Y afirma que 'parece que hay unanimidad en cuanto a que el otoño que ahora comienza se presenta, cuando menos, complicado'. Según Moreno, conceptos como liquidez, confianza, precios, inflación y empleo están en boca de todos y hay quien, siguiendo modelos anteriores, se atreve a intentar representar la crisis de manera gráfica, ya que se comenzó a ver en forma de V, luego en W y algunos la plasman incluso en forma de L. 'Yo espero que el último trimestre de este año y todo 2009 venga en forma de C de cliente y G de gestión'.
En lo que sí coinciden los ejecutivos consultados es en la idea de que 'cualquier reto, cualquier amenaza, puede convertirse también en una oportunidad'. Y eso, apunta Moreno, la clase directiva española lo sabe bien. 'Hay que ser capaces de gestionar los cambios y tomar decisiones que mejoren el colectivo de personas, el desarrollo de los procesos y la calidad de los productos y servicios'. Pero también, señala este consultor, 'hay que alinear, quizá ahora más que nunca, la tecnología con el negocio, el talento con la gestión, y todo ello, siempre, con el cliente como referencia variable'. Para Carlos Losada, lo importante es prepararse para el día después. 'Todo parece indicar que esta situación nos llevará a principios de 2010, por lo que hay que gestionar para llegar a ese momento, manteniendo una posición de liquidez y habiendo cuidado el talento'.
Porque las organizaciones de alto rendimiento, añade Vicente Moreno, son aquellas que tienen una perspectiva de medio y largo plazo, no sólo de corto. 'Aquellas que son capaces de conjugar una estrategia global y local de manera acertada en un mundo multipolar, las que prevén las coordenadas de mercado, las interpretan y las gestionan para fortalecer su crecimiento y apuntalar su posición, aumentando así su ventaja frente a los competidores'. Por tanto, dice el presidente de Accenture, manejar tal volumen de profesionales es, sin duda, una tarea ardua, que ha hecho que los departamentos de recursos humanos de estas compañías adquieran mucha más notoriedad dentro de la organización.
Es el momento, ahora y en lo sucesivo, de contratar talento y de realizar algún ajuste. 'Los próximos 18 meses serán idóneos para fichar a buenos profesionales, una gran oportunidad para reclutar nuevo talento', asegura John Lynn, que vaticina que en el sector de la comunicación la crisis servirá para acelerar nuevas formas de anunciar de manera eficiente. 'Nos encontramos ante un periodo de mucho trabajo, pero se trata de un reto apasionante en el que tendremos que gestionar de manera eficaz para salir adelante y ofrecerle soluciones a nuestros clientes', señala el presidente de Grey, quien agrega, citando a Edgar Allan Poe, que 'todo movimiento, cualquiera que sea su causa, es creador'. Sin embargo, el peligro de un directivo, apunta Carlos Losada, es el exceso de éxito. Y los últimos años han sido, en este sentido, espectaculares, debido a la gran expansión, tanto nacional como internacional, de las organizaciones españolas. 'Los logros hacen que te reafirmes en lo que haces y en cómo lo haces, y no nos acordamos de que las condiciones cambian'. Por ejemplo, en época de bonanza se valora saber asumir riesgos, 'es un buen comportamiento en un directivo, pero ya no es tan aconsejable en estos momentos', afirma el director de Esade. Ahora hay que tener capacidad para saber escuchar y dar malas noticias. 'No podemos olvidarnos del pasado, debemos mirar qué es lo que ocurrió en anteriores ocasiones y saber que si se gestiona bien, las empresas pueden salir fortalecidas'. Para ello, hay que ser consecuentes con la realidad que se presenta. 'Debemos pensar que somos más pobres, pero que si gestionamos lo que tenemos, habrá futuro. El que sobreviva saldrá reforzado, tendrá más espacio', continúa Losada, que anima a las empresas a gestionar bien sus recursos humanos. 'Habrá gente que se vaya a la calle de manera dolorosa si un proyecto no sale adelante, pero eso se puede hacer bien o mal, y hay que considerar que, en este tipo de proyectos, te puedes llevar por delante la clave del éxito, el capital humano'.
Realistas y proactivos
Para Manuel Baucells, director del departamento de toma de decisiones de IESE, la crisis produce un estado social general que califica de 'malo', 'pero que puede producir un efecto positivo en aquellos individuos que continúan con su normalidad y ven que la crisis afecta al resto'. Aconseja a los directivos de empresas perjudicadas por la recesión económica que comuniquen las malas noticias de golpe. 'Los implicados lo aceptan mejor porque les permite pensar que lo peor ya ha pasado y que sólo queda mejorar'. Si hay una cualidad que el directivo debe intentar potenciar en la actualidad es el realismo. 'Es fundamental', explica Baucells, 'debemos intentar sobrellevar las parcelas de nuestra vida que no controlamos, pero aquellas otras en las que sí tenemos poder de cambio hay que ser realista y cambiar lo que se pueda'.
Y en un entorno de crisis los ejecutivos suelen asumir riesgos, permaneciendo inactivos, en lugar de poner fin a los negocios que no van bien. 'Un buen gestor se distingue no sólo por su capacidad de acometer nuevos proyectos, sino por saber suprimir aquellos que no están dando el resultado esperado'. El profesor de IESE advierte que en tiempos turbulentos el directivo tiene que dominar 'el arte de perder 10 y no 20'. Por eso, su segunda recomendación es ser proactivos. Según su análisis, 'eso no significa emprender negocios, sino atreverse a cerrar los que no funcionan. La empresa es como un tren en marcha, en entornos favorables no intervenir suele salir bien, pero en circunstancias adversas significa asumir muchos riesgos'. Tras unos años de sostenida bonanza económica, los ejecutivos deberán asumir también una más que probable cuota de impopularidad. 'Siempre está mal visto el que decide cortar la pierna para salvar una vida; en el entorno empresarial pasa lo mismo, en una firma con cuatro líneas de negocio, suprimir dos para que las otras dos puedan salir adelante es tremendamente impopular', explica.
Tanto Jorge Lasheras, presidente y consejero delegado de Yamaha Motor Motor España, como Mercedes Polo, directora general del Gremio de Constructores de Barcelona y Comarcas, coinciden en señalar que septiembre va a ser un mes duro. El primero cree que la ansiada recuperación no llegará hasta 2011, mientras que Polo advierte que el otoño traerá muchas reducciones de plantilla en el sector de la construcción.
Pero no falta en el panorama empresarial quien relativice la crisis. Es el caso de Eduardo Pedrosa, socio director del despacho de abogados Pedrosa Lagos. 'La situación económica es seria y las perspectivas no son nada halagüeñas', afirma, 'pero ni España iba tan bien cuando decían que iba bien, ni tan mal ahora que se supone que vamos mal'.
En el mismo sentido, Baucells señala que lo que desestabiliza son los cambios. 'Una vez nos acostumbramos a la nueva situación, ya sea la pérdida de un empleo o un entorno económico peor, entonces pasa a ser normal y las aguas vuelven a su cauce'. Es una cuestión de adecuar las expectativas a la realidad. En su opinión, cuanto más pánico social se genere alrededor de la crisis, más costará volver otra vez la normalidad. 'De ahí que los políticos intenten negar las recesiones, la economía necesita normalidad, que la gente compre, que venda, porque la intranquilidad lo paraliza todo', explica.
Bien anclados. Saber comunicar
En momentos de tensión económica como la actual, los ejecutivos han de aprender a comunicar bien. Lo explica Pascale Bang-Rouhet, directora de ExpresArte: 'En tiempos de incertidumbre, cuando la gente tiene miedo, el papel del alto ejecutivo ha de ser decisivo, ha de seguir animando y transmitiendo confianza. Se trata de aprovechar las oportunidades que presenta esta crisis'. Para ayudar a todo ello, ExpresArte tiene en marcha una serie de cursos a medida, cuya finalidad es, aplicando técnicas de teatro, mejorar las dotes de comunicación. 'Es importante vigilar la postura corporal. En una reunión, sobre todo si es difícil, hay que mantener la espalda erguida, los pies apoyados en el suelo, bien anclados, las piernas separadas, de manera que sean el pilar del cuerpo. Es necesario controlar las emociones a través de la respiración'.