Sarah Palin utiliza su primer discurso para defenderse
La candidata republicana a la vicepresidencia aceptó anoche la nominación de su partido con un discurso en el que se despachó con sus críticos y atacó a Barack Obama. Palin apeló a la base más conservadora del partido en una alocución que deja la puerta abierta a una nueva edición de la guerra de las culturas entre las dos Américas, una confrontación ideológica que, en 2004, benefició a George Bush.
Tras la sorprendente selección de Sarah Palin para la vicepresidencia por parte de John McCain, la convención republicana ha estado dominada por la controvertida y cuestionada figura de esta mujer, gobernadora de Alaska desde hace 20 meses. Ayer Palin tuvo ocasión de darse a conocer. Y lo hizo defendiendo su experiencia, ridiculizando a sus oponentes demócratas y atacando a los medios de comunicación que estos días se han hecho eco de su limitada biografía política, las contradicciones que esta entraña y el apresurado juicio de McCain al elegirla.
Y lo hizo con un chiste, al volverse a presentar a sí misma como una "hockey mom" (una manera de describir a una madre entregada a sus hijos). "La diferencia entre este tipo de mujeres y los pit bulls es el lápiz de labios", explicó para deleite de su audiencia. Palin dejó varias cosas claras, la primera es que lejos de hacerse la victima, será la más agresiva atacante del ticket republicano.
El encargado de calentar a la audiencia para la candidata fue el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, quien tomó la palabra para defender a la candidata pero sobre todo para atacar a Obama y los demócratas a los que llegó a acusar de estar en estado de negación "sobre las amenazas actuales y futuras" porque raramente mencionaron en su convención ni el terrorismo islámico ni el 11S.
La defensa nacional es una de las líneas argumentales más importantes para esta convención y en el caso de Giuliani dominó tanto su mensaje que el ex alcalde no llegó a mencionar en ningún momento el problema que más angustia a los americanos, el estado de la economía.
Mientras que Cindy McCain sostenía en primera fila al hijo pequeño de Palin, la gobernadora comenzó su discurso presentando a su familia, a la que se unió el novio de su hija de 17 años, Bristol, embarazada de cinco meses. Y poco después arremetió contra Obama. "Antes de ser gobernadora de Alaska fui alcaldesa de mi pueblo, y como parece que nuestros oponentes en las elecciones parecen no tomar en cuenta esa experiencia, permítanme explicarles en qué consiste ese trabajo. Supongo que una alcaldesa de una pequeña ciudad es como un líder comunitario [refiriéndose a Obama] pero con responsabilidades reales".
Palin apeló a la base más conservadora de un partido que hasta ahora no había estado entusiasmado con McCain. No obstante, a estos no les ofreció mucho en términos económicos más allá de su postura a favor de aumentar la exploración petrolífera. "Los americanos necesitamos producir más de nuestro propio crudo y gas". Lo que si hizo fue afirmar con sarcasmo, y deliberada inexactitud, que el plan fiscal de Obama consiste en subir los impuestos a todos.
El tono del discurso y los continuados ataques a los demócratas, a los que acusó de elitistas desconectados de la realidad de los pequeños pueblos de América, arrancó aplausos y gritos de apoyo de los delegados pero deja la puerta abierta para volver a la guerra de las culturas en el país que han enfrentado a las liberales ciudades con los conservadores pueblos. La América de las costas, azul demócrata, con la del interior, rojo republicano. Una guerra que se atenuó al buscar McCain una imagen más centrista que ahora diluye con la socialmente conservadora Palin. La estrategia le funcionó a George Bush en 2004 pero en 2008 el voto independiente es también muy importante y es en este espacio político donde están los nuevos votantes. Estos independientes no son partidarios de estas divisiones y de hecho en las últimas encuestas diarias de Gallup es su apoyo el que estos días está permitiendo el despegue de Obama frente a McCain.