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Ropa deportiva

Quiksilver vende su filial de esquí Rossignol por 100 millones

La marca de ropa deportiva Quiksilver se rinde ante la fuerza del cambio climático. La enseña se deshace de la firma de equipamiento de esquí Rossignol, que compró en 2005, para centrarse en sus enseñas centrales Quiksilver, Roxy y DC.

Quiksilver no le ha encontrado el gusto a deslizarse por la montaña. Su marca y sus resultados económicos se ven más favorecidos por el moreno veraniego de los surfistas que por el de los esquiadores así que ha decidido deshacerse de la marca Rossignol, una veterana en la fabricación de equipamiento para deportes de nieve, antes de hacer frente a otro mal invierno.

La marca comunicó ayer que ha recibido una oferta de compra de 100 millones de euros por el 100% de Rossignol de la sociedad Chartreuse & Mont Blanc. La empresa puso en venta Rossignol en enero de este año y contrató a JP Morgan Chase como asesor. La entidad pagará 75 millones en efectivo y 25 millones en acciones.

Con la culminación de la venta, 'la compañía reduce su exposición al negocio de la fabricación de equipamiento deportivo de invierno', tan sensible a los cambios climatológicos, 'y puede concentrarse en sus principales marcas de ropa y calzado deportivo, como son Quiksilver, Roxy y DC', según explicaba ayer el presidente de la compañía, Robert McKnight, en una nota de prensa.

La enseña no logra plusvalías con la venta. Quiksilver se hizo con la francesa en 2005 por 241 millones de euros buscando 'abarcar territorios no cubiertos aún'. El éxito de la compra dependía, tal y como recogía el Wall Street Journal hace un año, en la capacidad de ambas compañías de hacerse con una porción de un mercado valorado en 31.900 millones.

Sin embargo, el cambio climático ha provocado varios años de escasas nevadas y menos deportistas en las pistas, lo que no acompaña la compra de equipamiento deportivo. Mientras que su negocio de ropa y calzado deportivo, bajo enseñas como Quiksilver y Roxy, crecía el año pasado un 22%, Rossignol ingresó 68 millones de euros menos en 2007. Los ingresos por acción cayeron un 21%, desde los 0,73 euros en 2006 a los 0,57 euros al cierre del año siguiente, según los resultados de la empresa.

Los inversores no han soportado estas pérdidas. La cotización de Quiksilver se estrenó el año pasado por encima de los 15 dólares. El 16 de enero de 2008, registró el menor precio por acción, 7,04 dólares, un 54% de caída en un año. Ayer, el mercado celebró la venta con una revalorización de los títulos del 0,88%, hasta los 8,64 dólares

El comprador no es un desconocido ni un lego en la materia. El gerente de la entidad que se ha hecho con Rossignol es Bruno Cercley, el anterior consejero delegado del fabricante de equipos de esquí. De hecho, la sociedad compradora esta íntimamente ligada a la enseña. Chartreuse es la montaña 'bajo cuya sombra se creó Rossignol' y Dynastar, la otra marca de la empresa francesa, 'nació bajo la sombra del Mont Blanc', según contaba ayer la nota de Quiksilver. La entidad pertenece, sin embargo, al banco australiano Macquarie y Jarden Corporation es socio minoritario.

De hecho, el anterior presidente de Quiksilver, Bernard Mariette, dimitió repentinamente el pasado mes de febrero tras comunicar la caída en las ventas del grupo en 2007. Junto a su salida de la empresa, en la que había trabajado durante 15 años, el directivo también hizo pública su intención de formar un grupo que pujara para comprar Rossignol. No en vano, el ex presidente había sido uno de los mayores impulsores de la compra en 2005.

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