El seguro de crédito, una necesidad ante la crisis
Ante el actual escenario de crisis al que nos enfrentamos, las empresas se ven obligadas a recurrir a herramientas que protejan su negocio. Una de estas herramientas es el seguro de crédito: una póliza destinada a cubrir las operaciones mercantiles de compraventa o prestación de servicios, siempre que se realicen entre personas jurídicas y su pago no se efectúe en el momento de la operación, independientemente de su duración y plazo de pago.
Este tipo de pólizas representan un importante instrumento en el desarrollo de la actividad de la empresa, protegiendo la cuenta de clientes contra el riesgo de impago y, de esta forma, mejorando considerablemente su situación patrimonial, su solvencia ante terceros y, en definitiva, su cuenta de resultados.
El seguro de crédito combina tres aspectos fundamentales:
Prevención de riesgos: ofrece a la empresa información contrastada de la situación financiera de sus clientes, del comportamiento en pagos a otros proveedores y del conocimiento de cualquier cambio que se produzca en su situación patrimonial o accionarial.
Gestión de cobros: la compañía aseguradora gestionará las acciones oportunas, tanto amistosas como judiciales, para que el recobro sea efectivo.
Indemnización: se determinan de antemano el plazo máximo y el importe mínimo en que se recuperan los impagos producidos con cualquiera de los clientes incluidos en cobertura.
Se trata de un instrumento necesario para cualquier empresa que trabaje con condiciones de cobro aplazadas en el tiempo. Se aconseja especialmente para sectores con largos plazos de pago o estrechos márgenes de beneficio, empresas que inician su actividad, compañías que cuentan con un gran número de clientes o sociedades que comienzan su actividad exportadora o trabajan en países considerados de riesgo.
Entre las coberturas que ofrece destacan: insolvencias de hecho (impago / morosidad), insolvencias de derecho (procesos concursales) y riesgo-país (riesgo político). En el caso de una cobertura de alcance internacional, también se hace cargo de riesgos provocados por conflictos bélicos, de cambios en las legislaciones de los países implicados, etc.
Entre los beneficios que aporta un seguro de crédito destaca la posibilidad de llegar a acuerdos especiales con las entidades bancarias para conseguir financiación por descuento de cobros y/o anticipo de los mismos, ya que la aseguradora está aportando la garantía de cobro, reduciendo considerablemente el riesgo asumido por la entidad financiera. Además, el coste de contratación de la póliza es deducible en el Impuesto de Sociedades.
Este seguro está presente en España desde hace unos 75 años. En los últimos años, este tipo de pólizas han empezado a comercializarse a gran escala, tanto por aseguradoras nacionales como por las extranjeras.
Hoy en día, el seguro de crédito es un producto abierto, que se diseña de acuerdo a las necesidades de cada empresa, adaptando las pólizas a las particularidades de los mercados. Por este motivo, el asesoramiento de un corredor de seguros especialista en riesgos financieros puede ser de gran utilidad e importancia para encontrar la póliza y la compañía que mejor se adapte a las necesidades de cada empresa.
Eduardo Villaizán. Responsable del Departamento de Crédito de Willis Iberia