Los demócratas encienden los motores electorales en EE UU
Arranca hoy una de las más esperadas y políticamente cargadas convenciones demócratas de los últimos tiempos. En los próximos cuatro días el partido afinará su discurso, tratará de cerrar las heridas abiertas en las primarias para proyectar una imagen de unidad y dar su apoyo a Barack Obama y Joe Biden, unos atípicos candidatos, ya en campaña, para ocupar la Casa Blanca.
Delegados y políticos de todas las sensibilidades dentro del mosaico de ideas que es el partido demócrata se dan cita desde hoy en el Pepsi Center de Denver, Colorado, un recinto en el que Barack Obama y su recién elegido candidato a la vicepresidencia, Joe Biden, serán oficialmente nominados. Con una cuidada puesta en escena, que incluye un largo panel de oradores, el partido demócrata tratará de cerrar unas heridas que abrieron unas primarias inusualmente contenciosas y que han enfrentado a dos candidatos históricamente atípicos y profundamente decididos a hacer historia, la senadora Hillary Clinton y su joven colega negro, Barack Obama.
La ex primera dama llegó a un acuerdo con Obama a mediados de agosto para que su nombre apareciera en la nominación de forma testimonial 'para asegurar que las voces de los 35 millones de personas que participaron en estas históricas primarias sean respetadas y oídas en Denver'. Según aquel pacto, el senador Obama animó a que Clinton apareciera como 'una muestra de unidad y en reconocimiento de una campaña histórica' por su parte.
Tras esa trastienda, aún hay signos de fricción. Dado el apoyo popular y la dimensión política de Clinton se llegó a pensar en un dream team formado por ambos, pero era una unión políticamente inviable por la estatura de cada uno de ellos y las diferencias mostradas en las primarias. Los cercanos a la senadora y su marido, el ex presidente Bill Clinton, dicen que están molestos porque Obama ni siquiera les haya pedido consejo sobre la elección de su vicepresidente, algo que llegó este sábado.
El candidato eligió a otro senador que también disputó en las primarias, aunque con bastante menos éxito. Biden aporta al llamado ticket demócrata las credenciales de un sólido conocedor de la política internacional, una experiencia que a Obama no se le presume por los electores en estos delicados momentos. Blanco, católico, de 65 años, uno de los senadores con menos ingresos, y descendiente de una familia de clase media de Pensilvania (un gran estado cuyo voto es una incógnita), le convierten en una figura atractiva para completar las carencias de Obama, quien recientemente ha cedido casi todo su liderazgo en las encuestas frente al candidato republicano, John McCain.
Biden, que lleva desde los 29 años en el Senado, dice que es un buen amigo de McCain, no por ello ha dudado en tirarle de las orejas por una campaña que considera agresiva por su parte, aunque él mismo, durante las primarias atacó a su ahora jefe. La larga trayectoria de Biden en el Congreso estadounidense le convierte en un miembro del sistema que la campaña de 'cambio' de Obama ha atacado. Ahora no le queda más remedio que abrazar la realidad de Washington, algo que le puede restar votos desde la izquierda.
Michelle Obama y Maya Soetero-Ng, esposa y hermanas del candidato, respectivamente, y Nancy Pelosi, líder de los demócratas en la cámara de Representantes, serán las encargadas de abrir esta fiesta política que se cerrará el jueves con un discurso de Obama masivo y abierto al público. El martes será el día de Hillary Clinton y el jueves, de su marido. Son días para vigilar las expresiones de las caras y leer entre líneas dónde está el partido y sus candidatos.
Decididamente económico, decididamente femenino
Michel, Maya, Nancy, Hillary... Hay muchos nombres de mujer en la lista de oradores. Uno de ellos es el de Lilly Ledbetter, quien personifica una de las decisiones más controvertidas del Tribunal Supremo. Durante los 20 años en los que Ledbetter trabajó en Goodyear ganó menos que los hombres en su mismo puesto, algo que acabó en una denuncia que llegó al Alto Tribunal. Esta corte, muy influida por los votos conservadores de los jueces nominados por el partido republicano, votó en contra de Ledbetter.Ahora, en unos momentos de crisis y ansiedad en los que la economía real se ha convertido en la principal preocupación de los estadounidenses, esta mujer se ha convertido en un símbolo. Su discurso se enmarcar en una ponencia llamada Renovar la promesa americana. Es algo que ya se ha oído.Con el sueño americano de oportunidad económica y social languideciendo en la actual crisis, algunos de los temas de la convención recuerdan a los tratados en su día por Franklin D. Roosevelt, quien aceptó su primera nominación diciendo: 'me comprometo con vosotros y conmigo a un Nuevo Acuerdo (New Deal) con los ciudadanos americanos'.