El 'no' irlandés a Lisboa amenaza con retrasar el relevo de la Comisión
La aparente imposibilidad de que Irlanda repita el referéndum sobre el Tratado de Lisboa antes del próximo otoño puede retrasar el relevo de la actual Comisión Europea, previsto para noviembre de 2009. La prensa irlandesa asegura que el Gobierno de Brian Cowen estudia reclamar, como condición para celebrar una segunda consulta, el derecho a contar permanentemente con un comisario en Bruselas.
Esa petición, según el escenario dibujado por las autoridades irlandesas, obligaría a prolongar el mandato de la actual Comisión para poder nombrar la nueva con arreglo al Tratado de Lisboa. De no ser así, dice esa teoría, el Tratado en vigor obliga a reducir en noviembre el número de comisarios (27 en la actualidad, uno por país), lo que podría dejar a Irlanda sin representante en el organismo.
La estrategia permitiría al gobierno de Cowen presentar el sí al nuevo Tratado como una condición imprescindible para mantener un comisario irlandés.
Algunas fuentes comunitarias apuntan las dificultades del rocambolesco plan. Y advierten que el Parlamento europeo puede negarse a aceptarlo.
Otras fuentes señalan que con el Tratado en vigor se puede ofrecer a Irlanda un puesto permanente en la Comisión. Niza prevé que el organismo comunitario debe tener menos de 27 miembros, nivel que ya se ha alcanzado con el ingreso de Rumanía y Bulgaria. Pero no señala un número fijo.
La alquimia comunitaria podría llegar a descontar al presidente del número de comisarios, una artimaña utilizada en el Tratado de Lisboa para dar un eurodiputado más a Italia. En ese caso se descontó del número de escaños al presidente del Parlamento europeo. Es una solución posible pero que no daría votos al sí en un segundo referéndum.
A España le costaría cuatro euroescaños
El calendario que se maneja en Dublín y Bruselas para salvar el Tratado de Lisboa obliga a celebrar las elecciones al Parlamento europeo (junio de 2009) de acuerdo con el Tratado de Niza, que contempla casi 20 escaños menos que el de Lisboa. España sería de los países más perjudicados porque elegiría 50 eurodiputados en lugar de 54.El secretario de Estado para asuntos europeos, Diego López Garrido, ya ha señalado que de ser así 'plantearíamos la necesidad de que, con posterioridad a las elecciones, hubiera una recuperación de esos cuatro eurodiputados'.