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Columna
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Japón toca techo y se desploma

Como un haiku, los datos de exportaciones de Japón en junio pintan un gran cuadro en pocas líneas. El cuadro es espectacular, pero no bastante. Para Japón, habla de una ralentización del motor de la exportación y una economía que puede dirigirse hacia la recesión. Para el mundo, describe una brusca caída en la demanda de la economía mundial y sobre todo en Europa, mientras EE UU permanece débil. Entre los mayores mercados, sólo China está comprando más pero, desgraciadamente, el comercio en Asia parece más débil.

Es la primera vez en más de cuatro años que las ganancias mensuales de Japón procedentes de las exportaciones han mostrado una caída anual. La caída de un 1,7% anual de las ganancias en junio están provocadas por una caída del 15,4% en las ventas a EE UU y un 10,3% en las dirigidas a Europa. Las ganancias en exportaciones a Asia crecen, pero sólo un 1,5%, gracias al crecimiento del 5% en China. Excluida China, las ventas de Japón a Asia sufren una pequeña caída: el comercio interregional en Asia, el último bastión de la economía mundial, se está suavizando.

El cuadro revela más si se escudriñan los volúmenes comerciales. La demanda europea parece haberse colapsado. Las peores caídas se dan en países con caída en los precios de la vivienda: Irlanda y España caen por debajo de un tercio; Reino Unido cae una quinta parte. Las exportaciones a la zona euro se sumergen un 16,7% en junio comparado con un año antes. Hace sólo cinco meses, en enero, se incrementaron un 22,8% respecto al año anterior.

Existe un pequeño aliento, sin embargo, en EE UU donde los volúmenes parecen casi estables, bajando sólo un 4% en junio, después de haber subido en tasa anual en abril y mayo. La caída de las ganancias de Japón en EE UU es más grande porque la debilidad del dólar genera menos yenes.

Las causas del descenso del comercio estaban claras. Estallada la burbuja inmobiliaria, el giro en el mercado crediticio y el repunte inflacionista en energía y alimentos han minado entre todos el gasto en consumo en EE UU y Europa. Después de alcanzar la cima viene el desplome. Los países exportadores asiáticos están notando el impacto.

El declinante comercio corre el riesgo de extender su debilidad por todo el mundo. ¿Cómo llegará a ser de grave? Ni siquiera el haiku puede decirlo aún.

Por Ian Campbell

Lo nuclear está de moda

Cuando Reino Unido inició el uso de la energía nuclear civil en los años cincuenta se dijo con infamia que la electricidad sería 'demasiado barata para medirse'. Ahora Reino Unido intenta revitalizar la energía nuclear porque la electricidad es demasiado cara para permitírsela. La adquisición por 12.400 millones de libras de British Energy por EDF, el gigante eléctrico controlado por el Gobierno francés, y Centrica, propietaria británica de British Gas, es la oportunidad para reconstruir parte de su base manufacturera.EDF es el líder mundial en energía nuclear, gracias al obstinado compromiso de Francia. Con la fisión de moda otra vez, Reino Unido tiene pocas opciones aparte de mirar al otro lado del Canal. La participación de Centrica disipa en gran parte las preocupaciones británicas de que el país esté entregando la energía a Francia, en más de un sentido.La verdad, sin embargo, es que EDF será el socio principal. Después de décadas descuidando una de las mayores industrias de alta tecnología, el único remedio es aprender de aquellos que han triunfado en este campo. Las centrales nucleares británicas envejecen y los proveedores locales sufren por la errónea decisión gubernamental de apoyar lo que demostró ser una tecnología equivocada: reactores refrigerados por gas.Más importante es el rejuvenecimiento de una de las partes de la producción británica. El Gobierno de Reino Unido cree que una porción significativa de la tecnología de las centrales del país será elaborada en casa. Ciertamente, grandes compañías como Rolls-Royce están sinceramente interesadas. Rolls ha establecido recientemente una nueva unidad para el mercado nuclear civil y provee instrumentación y controles para las 58 centrales nucleares de EDF.Pero el efecto dominó debería ir más lejos de los chicos fuertes. Sólo Rolls tiene 260 compañías en su cadena de provisión nuclear. Una industria revivida significa más trabajo para esas empresas y para nuevas entradas en el mercado (Rolls prevé que va a crecer de los 30.000 millones actuales hasta los 50.000 millones en 15 años). Podría implicar hasta más estudiantes de ingeniería y ciencia. Sobre todo, este casi involuntario acto político muestra que los Gobiernos, tan temerosos en Reino Unido de proteger a los sectores ganadores, tienen un papel vital en preservar y crear industria.Por michael prest

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