¿Ve esa lucecita en el aparato apagado? Pues Bruselas dice que gasta mucho
Silenciosos, obedientes, siempre dispuestos a ponerse en marcha a la menor señal de su amo. Así aguardan permanentemente una media de 20 electrodomésticos en cada hogar europeo. Pero no lo hacen gratis. Entre todos, y son casi 4.000 millones en la UE, se tragan 7.000 millones de euros al año en electricidad. Y envician el aire con más de 20 millones de toneladas de CO2.
La culpa no es de su necesaria sumisión, sino de la lucecita roja, verde, azul o de cualquier otro color que recuerda 24 horas al día y 365 días al año que el artefacto en cuestión está conectado a la red y listo para funcionar. El guiño de disponibilidad consume hasta 5,7 vatios cuando lo hace una lavadora o 3,6 vatios en el caso de un ordenador. A veces, algunos aparatos ni siquiera se conforman con el pestañeo de colores y ofrecen extras como la hora, la fecha o la temperatura.
En total, un despilfarro medio de 100 euros al año por vivienda del que, según alertó ayer la Comisión Europea, la mayoría de los consumidores no son conscientes. Y los fabricantes, acusa el mismo organismo, se niegan a recortar el chorreo de vatios por miedo a encarecer sus productos en un unos cuantos euros.
La luminaria, sin embargo, va a perder muy pronto intensidad. Un reglamento de la Comisión Europea, que anteayer obtuvo el visto bueno de las autoridades de estandarización de los 27 países de la UE, obligará a que televisores, hornos y demás cachivaches consuman a partir de 2010 dos vatios como mucho cuando estén en función de standby. Y tres años después esa cantidad deberá reducirse a la mitad y bajar hasta 0,5 vatios para la lucecita de función de espera que no dé ninguna otra información.
La Comisión prepara también medidas para disminuir el gasto de farolas urbanas, iluminación de oficinas, calderas y aparatos de aire acondicionado
'La medida', aseguró ayer el comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, 'reducirá drásticamente el consumo de electricidad de los electrodomésticos y aparatos de oficina en posición de espera'. Bruselas cifra en 50 TWh por año el consumo provocado por ese estado de alerta permanente de DVD, impresoras o microondas, una cantidad similar al consumo eléctrico de Grecia o Portugal. La nueva norma dejará el consumo en 2020 en 15 TWh anuales, a pesar del previsible aumento del número de luces rojas de guardia.
Los electrodomésticos que no cumplan las condiciones exigidas no se podrán comercializar en el mercado comunitario. Pero la CE cree que no hay motivos para temer que eso ocurra. Primero, porque ya existe la tecnología que permite alcanzar esas cotas de rendimiento energético. Y segundo, porque está convencida de que su introducción no generará ningún aumento significativo del precio de los electrodomésticos.
Bruselas cree, además, que la inquietud ante el cambio climático y la escalada de los precios del petróleo hace imprescindible una mejora de la eficiencia energética en el ámbito público y privado. Y prepara ya estándares para reducir el consumo en todos los escenarios imaginables, desde la iluminación de las vías urbanas a las oficinas, de las calderas a los aparatos de aire acondicionado. La tenue luz roja del standby marcará el camino a seguir por todos.