Telefónica abre puertas
Con la inauguración de la macrotienda de Gran Vía, 28, en su histórica sede de la arteria madrileña, Telefónica hizo ayer mucho más que abrir un establecimiento, por enorme que sea. Primero, porque con el exitoso iPhone de Apple por bandera va a enlazar tradición y nuevas tecnologías en el inmueble, primer rascacielos construido en España, en 1929. Pero sobre todo porque tiene la intención de convertir la tienda -plantas baja y primera, unos 3.000 metros cuadrados- en un centro de demostraciones y experimentación, que se complementará además con las actividades y exposiciones de la Fundación Telefónica en las plantas tercera y cuarta.
Al estilo de experiencias como las de Apple o Nike en Nueva York, no sólo pretende ser el mayor centro tecnológico de Europa abierto al público, sino que su plausible objetivo es poner al alcance de los ciudadanos los últimos productos y conocimientos en comunicaciones. El hecho de que vaya a estar abierto 12 horas diarias prácticamente todo el año da idea de esta apuesta que es, sobre todo, un gran salto de modernidad.