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Agua de lluvia para que Ferrovial lave los trenes del metro de Londres

Agua de lluvia para que Ferrovial lave los trenes del metro de Londres
Agua de lluvia para que Ferrovial lave los trenes del metro de LondresTUBE LINES

En mayo de 2006 saltaron todas las alarmas en el Reino Unido. La sequía en el este y sur del país era tal que el entonces alcalde de Londres, Ken Livingstone, aseguró a The Independent que su familia llevaba semanas sin tirar de la cadena del retrete después de orinar. Una declaración con la que se ponía en cabeza en la lista de los concienciados. Se acumulaban 15 meses sin llover y se imponía como pauta solidaria cerrar el grifo.

La situación afectó incluso al metro londinense. Tube Lines, filial de la española Ferrovial que gestiona tres líneas del suburbano, está obligada por el organismo London Underground a lavar sus trenes a diario. Un trabajo que se cumple escrupulosamente, pero tirando de la red general de abastecimiento. De ahí los aprietos cuando el agua escasea.

Como remedio, la compañía está a punto de poner en marcha un sistema que se alimenta con agua de lluvia. Una solución, a base de tanques de almacenamiento, que servirá para mantener a punto los 86 trenes que cubren la popular línea de Piccadilly. Posteriormente, este proyecto se implantará en las otras dos que opera la filial de Ferrovial: Jubilee y Northern.

London Underground obliga a pasar diariamente por el túnel de lavado a los trenes en Londres. En España, Metro de Madrid lo hace cada semana

En Piccadilly se emplean al mes unos 187.000 litros de agua. Los nuevos depósitos tienen capacidad para guardar 42.000 litros, lo que permitiría mantener una media de 27 trenes al día durante una semana.

Además de este ahorro, la iniciativa acarrea otras ventajas, como son la eliminación de productos químicos para tratar el agua, mucho más blanda que la que llega por el grifo.

Del cielo al subsuelo, el líquido elemento pasa por un sencillo proceso. La lluvia se almacena sobre el tejado del hangar de mantenimiento de los trenes, cuya superficie es de 5.000 metros cuadrados. Una vez en los tanques, baja a través de una red de cañerías equipadas con filtros en los que se quedan los elementos sólidos. Limpia de polvo y paja, el agua deberá someterse aún a una última criba: una luz ultravioleta que elimina las bacterias. Tras el depurado, el líquido cae en dos depósitos distintos y ya estaría lista para el túnel de lavado.

¿Qué sucede si los contenedores se quedan vacíos? La maquinaria, con decenas de rodillos y chorros, volvería a conectarse a la red general, como sucede hasta ahora. La intención de Tube Lines es comenzar a aprovecharse de la lluvia en unos días.

La normativa en lo que se refiere a este tipo de mantenimiento de los trenes es bastante más flexible en Madrid que en Londres. Si en la City el baño diario es de obligado cumplimiento, aquí no existe un documento que diga cómo y cuándo se limpia. Sin embargo, Metro de Madrid 'respeta un protocolo que marca un paso por el túnel de lavado cada periodo de siete a 12 días y una limpieza exhaustiva interior cada 12 días', explica un portavoz. En los hangares, dos de los más importantes están en Canillejas y Cuatro Vientos, el 80% del agua utilizada es reciclada y no apta para el consumo.

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