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XVI Congreso del Partido Popular

Una ponencia económica con trasvase de fondo

El pleno empleo y mejorar la productividad, objetivos del PP

La ponencia económica del congreso podía haber sido la estrella del cónclave popular. En la coyuntura actual, que los distintos delegados que subieron al atril se encargaron de retratar de manera muy pesimista, las medidas para evitar el agravamiento de la crisis merecían un espacio mayor en el debate interno del PP celebrado este fin de semana en Valencia. Pero no ha sido así. De hecho, de las decenas de folios que ocupa el documento elaborado bajo la coordinación de Cristóbal Montoro, los compromisarios tenían la vista fijada en uno, y más en concreto en una palabra: trasvase. Como ya ocurrió en la campaña electoral, las distintas organizaciones territoriales del PP han peleado sobre si ese término, ya casi maldito, debía aparecer o no en la redacción final. Tras el apaño final -aparece el trasvase, pero como 'una opción más'- no faltaron voces discordantes; unas porque se abre la posibilidad a que haya y otras porque no se dice con suficiente claridad.

Más fácil fue aceptar las enmiendas que se hicieron sobre el futuro sistema de financiación autonómica.

Con el recelo de que algunas comunidades quieran negociar unilateralmente con el Gobierno, se insistió en que será en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera donde se debatirá el nuevo modelo. De forma multilateral y teniendo en cuenta la solidaridad interregional. Precisamente ahí residían otras de las sospechas de las comunidades menos pobladas y con mayor extensión de territorio frente a las que han tenido un fuerte incremento de habitantes. Como el consenso es que la clave principal será la población, también deberán valorarse otras variables, como el envejecimiento, la dispersión geográfica, la superficie… En definitiva, queda todo pendiente de una negociación que el PP le pide al Gobierno que abra cuanto antes.

Al margen de estos dos asuntos, los autores de la ponencia, Gerardo Camps, Engracia Baños y Fátima Hidalgo, en la presentación que hicieron del documento ya enmendado al plenario, apostaron por la palabra crisis 'que no desaceleración', dijo Camps, para calificar la situación actual. El consejero de Economía de la Generalitat Valenciana se despachó contra el PSOE asegurando que 'España no se merece un Gobierno que lo fía todo a la improvisación'. 'Hoy España no va bien, la confianza se ha transformado en recelo, el déficit en un impuesto más y el empleo en paro', afirmó Camps.

Ante este panorama, Camps propuso 'trabajar por el pleno empleo, con reformas valientes del mercado de trabajo', que tendrían, dijo, como objetivo integrar a las mujeres, a los mayores de 50 años y a los jóvenes en el mercado. También se refirió a la necesidad de aumentar la competitividad del sector industrial, en facilitar el acceso de las pymes y autónomos a las nuevas tecnologías y aumentar la productividad. Camps hizo también una referencia al sector de la construcción. 'No debe ser tanto como antes, pero no tan poco como quieren otros, que se han equivocado demonizando al sector', afirmó.

Apertura clara al diálogo con los grupos nacionalistas en el Parlamento

En el proyecto político que Mariano Rajoy ha defendido este fin de semana ante los compromisarios de su partido queda clara su disposición al acuerdo con los partidos nacionalistas que, tradicionalmente, le han brindado su apoyo en el Parlamento al partido situado en el Gobierno. Rajoy ha dejaro claro que no quiere perder la oportunidad de alcanzar alianzas con Convergencia i Unió y el Partido Nacionalista Vasco para, llegado el momento, colocar al Ejecutivo en apuros.Las leyes que se sometan a votación dentro del área económica serán un campo de trabajo para el nuevo equipo de dirección del PP, ya que sus diputados han explorado espacios de posible acuerdo con estos grupos nacionalistas. Frente al discurso inmovilista de José María Aznar, de Jaime Mayor Oreja y de todos cuantos demonizan el diálogo con el PNV, sobre todo, Rajoy ha defendido la necesidad de hablar con quien no cuestione los principios constitucionales y milite en el sentido común y la moderación.

Francisco Camps sitúa a Vicente Rambla, su mano derecha, en el comité nacional

Francisco Camps, presidente del PP valenciano y de la Generalitat, ha conseguido colocar en el comité nacional a su mano derecha, Vicente Rambla, actual vicepresidente político del Gobierno valenciano. Este movimiento tiene varias lecturas. La primera es el aumento de representantes procedentes de la Comunidad Valenciana en los órganos de dirección del partido, ya que también se ha incorporado Gerardo Camps, también vicepresidente, en este caso económico del Consell.Y es precisamente por ese segundo nombre por el que hay que hacer una lectura interna del PP valenciano. Rambla y Gerardo Camps mantienen un pulso por quién está por encima del otro. Ambos son amigos del presidente valenciano, aunque todo apunta a que las preferencias de Francisco Camps se han decantado por Rambla, que cada día acumula más poder. Hay quien le apunta ya como su sucesor, en el hipotético caso de que el actual presidente valenciano opte por buscar nuevas metas políticas en Madrid.

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