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Opinión
Tribuna
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La Bolsa española: tres décadas de crecimiento

El mercado de valores español ha experimentado en los últimos treinta años una transformación histórica en consonancia con los cambios sociales y económicos ocurridos en España. La evolución del mercado bursátil durante este periodo, del que CincoDías ha sido testigo de excepción, ha sido espectacular. La contratación en la Bolsa española ha pasado de 447 millones de euros en 1977 a 1,7 billones de euros contabilizados durante el pasado 2007. Estas cifras muestran con claridad el impresionante desarrollo experimentado por el mercado de valores español.

En realidad, apenas existe un remoto parecido entre lo que hoy es y representa social y económicamente la Bolsa y su significación hace tres décadas. De un mercado básicamente local se ha evolucionado a otro plenamente integrado a escala internacional.

La Bolsa española se ha situado en una posición privilegiada en Europa, en vanguardia con los grandes por tamaño, liquidez y tecnología incluso en representatividad económica, como lo demuestra su comparación con el producto interior bruto (PIB), ya que en la actualidad el mercado electrónico de acciones español, principal segmento de comparación de negociación entre Bolsas por dimensión y uniformidad, equivale al 160% del PIB de España, muy por encima del 150% de Londres, el 110% de Euronext o el 100% de la Bolsa alemana.

BME ha sido la respuesta del mercado financiero al nuevo entorno global'

Durante este largo periodo, la Bolsa ha vivido un sinfín de acontecimientos entre los que destacaría dos, por importancia y trascendencia, a la hora de comprender la evolución del modelo de mercado. Por un lado, en 1988 se aprueba la nueva Ley de Reforma del Mercado de Valores que enfrentaba a la Bolsa española a una profunda transformación. Unos cambios que ponían fin a siglo y medio de sólida tradición para abrir una nueva etapa que permitía armonizar y colocar los mercados españoles en condiciones de competir con los más avanzados en el nuevo contexto de una economía abierta y globalizada.

En junio de 2001 tuvo lugar otro paso histórico: la firma del protocolo de creación de Bolsas y Mercados Españoles (BME), sociedad que integra los mercados secundarios y los sistemas de registro, compensación y liquidación de valores españoles. Constituida en febrero de 2002, BME ha sido la respuesta del mercado financiero español al nuevo entorno económico global. Posteriormente, el 14 de julio de 2006, la compañía comenzó a cotizar en Bolsa y, en julio de 2007, se incorporó al principal índice del mercado español, el Ibex 35.

La Bolsa ha permitido el trasvase de ahorro desde la responsabilidad pública a la privada. Además, la expansión internacional de las empresas españolas con mayor capitalización no podría haberse abordado sin el respaldo de la financiación bursátil, facilitada indudablemente por la aparición financiera del euro desde 1999. En los últimos diez años los nuevos flujos de inversión canalizados por la Bolsa española para financiar las empresas han alcanzado los 450.000 millones de euros, cifra equivalente al 50% de la capitalización promedio de la Bolsa de dicho periodo. En mercados como Nueva York, Londres o Euronext ese mismo ratio es del 11%, el 12% y el 26%, respectivamente.

Otro elemento fundamental del desarrollo de los mercados de valores en España es la base de inversores. El aumento de la riqueza patrimonial ha generado una mentalidad inversora y los ahorradores colocan su dinero en el mercado de acciones, bien directamente o a través de instituciones de inversión colectiva. Para finalizar, dos factores de notable importancia que no hay que olvidar: tecnología y transparencia. La industria de valores es uno de los sectores de la economía que más se ha transformado tecnológicamente en los últimos años. Los cambios introducidos en el funcionamiento interno del mercado han sido claves para hacer posible que el mercado español esté considerado como uno de los más avanzados del mundo tecnológicamente.

Los sistemas de información desarrollados por la Bolsa han experimentado igualmente continuas renovaciones hasta convertirse en un instrumento ágil e imprescindible en el análisis del mercado y sus valores. La información disponible en el momento de la formación de precios y casación de órdenes que ofrece la Bolsa española es difícilmente superable en otros mercados por su rigurosidad, fiabilidad y transparencia.

Antonio Zoido. Presidente de Bolsas y Mercados Españoles (BME)

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