Acompañando a la empresa en su aventura exterior
Es para mí un placer unirme desde estas líneas a la conmemoración del 30 aniversario de CincoDías, y más cuando el propio Instituto Español de Comercio (Icex) ha celebrado sus bodas de plata el pasado año. Nos podemos considerar coetáneos de una época en la que hemos sido testigos de excepción del profundo cambio experimentado por la economía española, inequívocamente asociado a la evolución de nuestro sector exterior.
Durante estos años, España ha pasado de ser una economía cerrada, con una producción sesgada hacia la demanda interna, a estar plenamente integrada en el mercado mundial. Así, el grado de apertura de nuestra economía ha aumentado espectacularmente hasta superar el 57% actual, por encima del de alguno de nuestros principales socios comerciales, como Francia, Gran Bretaña o Italia.
En consecuencia, hemos podido aumentar el valor y la cuota de mercado de nuestras ventas exteriores de bienes y servicios en términos mundiales: si a principios de los años ochenta éstas representaban el 1,4%, actualmente suponen el 2,1%.
El Icex se marca como reto aprovechar las oportunidades que ofrece la globalización'
Pero, sin duda, la inversión española directa fuera de nuestras fronteras (IDE) ha sido la verdadera protagonista desde los años noventa. La IDE española ha crecido a una tasa media anual acumulativa del 32,64% durante la última década, de modo que el stock acumulado se situó en 2007 en el 41,5% del PIB, frente al 3% de 1990. Estos datos reflejan el vertiginoso proceso de internacionalización de nuestras empresas.
Un estudio de Icex sobre La empresa española internacionalizada ha permitido extraer interesantes conclusiones sobre las distintas formas de internacionalización. En España, durante 2006 se contabilizaron 34.104 empresas que exportaron regularmente durante los últimos cinco años; de éstas, más de 9.000 han desarrollado otras formas de presencia en el exterior más allá de la exportación directa. Son las que hemos denominado empresas internacionalizadas, cuya aparición se ha acelerado considerablemente a partir del año 2000.
Un 46,9% de ellas utiliza fórmulas de implantación comercial, siendo ésta la vía preferida por las pymes. La implantación productiva a través de filiales es el camino utilizado por el 10,4%, principalmente grandes empresas. Un 24,8% combina filial comercial y productiva y el resto (19,9%) utiliza otros medios.
En este periodo hemos asistido también a la aparición de nuestras multinacionales, que han debido asumir el fenómeno de la multilocalización y fragmentar en diferentes países las distintas fases de producción de un bien o servicio, en función de la ventaja de costes o de la existencia de un mercado potencial para sus productos.
Como nos recordaban los profesores Bhagwati y Grossman con ocasión del 25 aniversario de Icex, este fenómeno está determinado por la globalización, no habiendo posibilidad de marcha atrás. Por ello, nos animaban a aprovechar las ventajas de este cambio estructural que está marcando las pautas de lo que podemos denominar un 'nuevo paradigma del comercio internacional', más amplio que el tradicional comercio de productos: el comercio de tareas, en el que los intercambios son consecuencia de incorporaciones de valor añadido al producto en diversas localizaciones.
La realidad es que este proceso de internacionalización de las empresas españolas ha sido tan intenso y acelerado que no hemos podido examinarlo aún en términos de análisis y estudio. Las estadísticas y los tradicionales indicadores utilizados para conocer la evolución del sector exterior funcionaban bien cuando el comercio internacional se centraba en productos terminados, pero la información que proporcionan en una economía globalizada es limitada.
Por todo ello, Icex se plantea como reto para los próximos años el desarrollo de un marco estratégico que permita aprovechar las oportunidades que ofrece el proceso de globalización, acompañando a las empresas en su aventura internacional tal como lo hemos venido haciendo hasta ahora. Nuestra red de 97 oficinas económicas y comerciales en el exterior y de 23 direcciones territoriales y provinciales en España es, sin duda, uno de los activos decisivos para su materialización.
En suma, estos años de prestación de servicios a las empresas con vocación exterior han tenido para el instituto un denominador común que se resume en cambio y adaptación. Ellas, por su parte, han superado con éxito dos desafíos sucesivos: exportar e internacionalizarse. Para ambos queda una importante tarea por delante: seguir en el empeño, contribuyendo a fomentar la competitividad exterior de nuestra economía. Confiamos en conseguirlo y en que CincoDías siga dando fe de ello.
Ángel Martín Acebes. Vicepresidente ejecutivo del Instituto de Comercio Exterior (Icex)