La riqueza agrícola convive con la tecnología más avanzada
Ninguno de los grandes iconos que hoy polarizan la vida cotidiana de Logroño existía, ni siquiera en proyecto, en 1978. El espectacular cambio registrado en la capital se ha irradiado al resto de una comunidad cuyas reducidas dimensiones (sólo 5.045 kilómetros cuadrados y 308.968 habitantes) hacen que las transformaciones en la capital se acusen de inmediato en el conjunto del territorio autonómico.
Hace 30 años no se había construido ninguno de los tres hipermercados que, junto a sus respectivas galerías con más de 200 pequeños y medianos comercios, absorben el gasto comercial de los riojanos. En 1978 había 9 cines, frente a 30 a los que ha quedado reducida la oferta tras el reciente cierre de las 10 salas ubicadas en el centro comercial Berceo. Esta oferta lúdica y comercial hace que los fines de semana la provincia se vuelque sobre la capital. El término enoturismo, la herramienta clave del sector turístico riojano, con una capacidad de atracción de dos millones de visitantes al año, todavía no se había inventado.
Aunque los exagerados dicen que de lo existente hace 30 años sólo han quedado los límites territoriales, lo cierto es que La Rioja ha conservado los grandes rasgos distintivos de su economía. Sigue manteniendo, con otra estructura, el vigor del sector comercial (el pequeño comercio por cada 70 habitantes de 1978 está siendo sustituido por los hipermercados y sus galerías anexas), la diversificación de la industria regional y, sobre todo, una evolución del PIB que, de modo pertinaz, se sitúa siempre claramente por encima de la media nacional. La tradicional riqueza vinícola, todavía pujante, ha sido enriquecida con las empresas de la sociedad del conocimiento, como Arsys, líder europeo de dominios en internet.
El cambio demográfico lo ha traído la inmigración. El peso de los inmigrantes en la capital se acerca al 10% y en poblaciones caracterizadas por su riqueza agrícola, como los grandes núcleos productores de champiñón, supera ampliamente este porcentaje. Hace 30 años La Rioja era la región española de población más envejecida (ahora la esperanza de vida es de 78 años para los varones y de 84 para las mujeres), pero la elevada tasa de natalidad de los extranjeros ha cambiado a mejor el estancado crecimiento.
Espectaculares han sido también los cambios en infraestructuras. Del aislamiento en las comunicaciones que caracterizaba a La Rioja se ha pasado a los rápidos enlaces por autopistas o autovías con Aragón, Navarra, Cantabria y País Vasco. Persiste, no obstante, la mala comunicación ferroviaria, a la espera de enlaces con el AVE Barcelona-Zaragoza.
La Rioja ha generado también dos importantes iconos culturales. Por una parte, la celebración de Actual, que empezó convirtiendo a Logroño en capital de la cultura de la movida y ahora en escenario de las propuestas más arriesgadas e innovadoras. Por otra, la construcción del Palacio de Congresos y la remodelación del Teatro Bretón aportan una programación continuada.
Demanda. Quejas por el agravio fiscal de décadas
Desde hace más de medio siglo, La Rioja -que preside el popular Pedro Sanz (en la imagen)- lleva quejándose del cerco fiscal al que se la viene sometiendo. Curiosamente, esta situación no sólo no mejoró con la llegada de la democracia, sino que empeoró abiertamente.Bajo la dictadura franquista, La Rioja fue la última provincia en acceder a los beneficios de los entonces deseados polos de desarrollo. Los riojanos tienen instalado, a dos kilómetros de su capital, un polígono industrial alavés, con ayudas especiales que se niegan a tan sólo unos metros. De esta forma, La Rioja ha sufrido la emigración de empresas emblemáticas.
Datos
Habitantes: 308.968PIB per cápita: 24.717Superficie: 5.045 km2I+D/PIB: 1,06%Extranjeros: 11,9%Fuente: INE