El suelo también baja
La súbita caída de la demanda de casas iniciada hace un año ha empezado a surtir serios efectos en las cotizaciones de todos los activos que se mueven en torno a la producción inmobiliaria. La casas han comenzado a bajar por el empuje del coste financiero, y la onda expansiva ha llegado ya al suelo, elemento más escaso y más encarecido de cuantos participan en la cadena inmobiliaria. Pese a ser un elemento tradicionalmente inflexible a las contracciones de la demanda, ahora ha cedido y de forma abultada: cae casi un 8% anual y en algunas provincias, especialmente las costeras, en proporciones de más del 20%.
Si en la etapa alcista era objeto de violenta especulación, ahora debe buscar su precio real de mercado. Pero las autoridades deben preparar las condiciones para que una vez se produzca la purga obligada haya plena disponibilidad de suelo urbanizable, y así evitar otra espiral de precios como la del último decenio.