La promotora Fbex negocia su venta a un fondo de inversión para evitar el concurso
La promotora catalana Fbex, propiedad del empresario Juan Parada, está decidida a mantener su negocio a flote pese a la deuda de 1.200 millones que acumula. La compañía ha abierto una nueva vía para asegurarse su continuidad si no llegan a buen puerto las negociaciones que mantiene con 32 bancos y cajas para refinanciar las actuales condiciones de pago de su deuda, que sólo en concepto de intereses le supone un desembolso de 65 millones al año.
El consejero delegado de Fbex, âscar García, hizo público ayer que la firma ha iniciado conversaciones con un fondo de inversión, de las que espera que se materialice finalmente una oferta 'que llegue a tiempo y que sea interesante', indicó el directivo en una jornada organizada por Esade y PricewaterhouseCoopers. Si la propuesta de compra no llega a ejecutarse, 'esperamos que la banca nos de finalmente el oxígeno'.
El propio García reconoció que la actual situación en la que se ha visto inmersa la compañía está provocada 'por el crecimiento exagerado de los últimos tres años, superiores a un 100% anual'. El directivo, que participó en unas jornadas sobre el sector inmobiliario en Barcelona, no dio más detalles sobre la identidad del inversor, que se encargaría de elaborar un nuevo plan de viabilidad. Fbex, que desarrolla vivienda en Cataluña y Valencia, tiene la intención de continuar adelante, ya que un 'concurso de acreedores nos llevaría a la liquidación. Supone que las obras se paren y que los clientes se echen atrás'.
La crisis por la que atraviesa Fbex, que ha llegado a contar con un equipo de 250 personas, ha supuesto la salida de trabajadores de la inmobiliaria. 'Hay quienes no pueden soportar la tensión y se marchan, pero la dedicación de la mayoría de los directivos aumenta', reconoce el consejero delegado de Fbex. Para hacer frente a la difícil situación del sector, 'hemos intentado bajar precios y hemos realizado grandes campañas comerciales', puntualiza. Fbex ha sorteado por el momento el concurso, después de que un juzgado de Barcelona denegara la petición de un acreedor, Construcciones Juanes.