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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Soluciones para el transporte

La subida del precio de los combustibles, un 20% en tres meses, está poniendo en dificultades al transporte por carretera. Y también a los agricultores, pescadores, taxistas, compañías aéreas y otros muchos sectores. Es lógico el malestar en todos ellos. Lo que no es aceptable es que adopten medidas de fuerza en medio de una negociación por el mero hecho de que no se acepten sus propuestas.

Fenadismer, la segunda patronal de transporte por carretera con un 18% del sector, inició ayer un paro indefinido. Otras patronales como CETM -que aglutina el 60% de los camiones españoles- y Conetrans consideran que no es momento para la presión, puesto que el Gobierno se ha avenido a negociar. Inclusive, el Ejecutivo, consciente del problema por el que atraviesa el sector y las dificultades que las movilizaciones puedan generar, ha sentado en la mesa de negociación a representantes de cinco ministerios. Se trata, pues, de un importante esfuerzo para encontrar soluciones.

No obstante, para Fenadismer la voluntad de negociación no basta. Esta patronal, que agrupa a muchos autónomos, demanda que se vuelvan a imponer tarifas mínimas. El resto del sector, especialmente las grandes empresas, no está de acuerdo y el Gobierno tampoco. Con razón, pues la liberalización de los mercados implica que cada empresa debe ofertar sus propias tarifas para competir. Es cierto que los pequeños pueden tener más dificultades para ofertar buenos precios, pero también que parten de ventajas como mayor flexibilidad. En lugar de reclamar la vuelta a trasnochados sistemas proteccionistas, que el mercado rechaza y la Unión Europea prohíbe, es mejor buscar soluciones, que las hay. Por ejemplo, organizarse en centrales de compras o en cooperativas para gestionar mejores contratos. Pero el sistema productivo español y los consumidores no tienen por qué pagar tarifas más caras porque algunas empresas no puedan competir en condiciones de libre mercado.

El sistema de transporte en España adolece de alta dependencia de los camiones: el 90% de las mercancías se traslada por carretera. Una mejor oferta del ferrocarril y el mayor desarrollo del transporte intermodal pueden paliar este cuasi monopolio. Sin embargo, esa será un solución a largo plazo y de momento hay que afrontar un transporte muy dependiente del gasóleo.

El Gobierno ha ofrecido negociar medidas coyunturales para paliar el aumento del combustible, como retrasar el pago de cotizaciones a la Seguridad Social o del IRPF en su modalidad de módulos. Pero también reformas estructurales. Una de ellas es la posibilidad de fijar en el contrato de portes de mercancía un suplemento por el gasóleo -al igual que las aerolíneas-, que permita ajustar casi semanalmente las tarifas al precio del combustible. O retiradas incentivadas para los camioneros de mayor edad.

Son buenos puntos de partida en busca de soluciones. Pero se debe recordar que entre éstas no están las subvenciones por combustible, que abrirían un proceso de demandas sin fin, además de ineficaz. Paralelamente, el Ejecutivo está obligado a hacer respetar tanto el derecho de huelga como el de quienes no están de acuerdo con las medidas de presión y desean trabajar. Y para ello se debe ser inflexible con los piquetes violentos.

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