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Tribuna
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Ajuste fotovoltaico

El sector fotovoltaico español afronta un fuerte ajuste el próximo mes de septiembre, momento en que termina la validez del Real Decreto 661/2007. Y hay consenso con el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio (Mityc) en que este ajuste, lógico y necesario, se va a producir en tres ámbitos diferentes: descenso de la actividad actual, recorte retributivo y cambio del modelo de mercado. Eso sí, aún no hay una norma que defina las reglas de juego de ese futuro mercado. Pero vayamos por partes:

El sector creció a un ritmo del 410% en 2007. Esta ratio, propia de mercados jóvenes e inmaduros, es insostenible; ninguna industria puede multiplicar por cuatro su actividad cada año. Además, fruto de este crecimiento, la cadena de valor está sometida a una tensión tremenda: faltan módulos y otros componentes del sistema solar, faltan cables, faltan celdas en las subestaciones, falta personal cualificado… El sector propone crecer a un ritmo razonable y sostenible del 20% anual.

El recorte retributivo, por su parte, se explica porque al propio ritmo de reducción de costes del sector (un 5% anual de media) hay que sumar un brusco incremento del volumen del mercado global (en 2007 se pasó de instalar 1.500 MW a instalar 2.400 MW) y del consecuente descenso de precios. Para evitar costes innecesarios al sistema, la tarifa fotovoltaica debe reducirse entre un 10% y un 30%, según el tipo de instalación. Asimismo, debe ser flexible y autorregularse en cortos espacios de tiempo, de modo que pueda adaptarse a las coyunturas del pequeño y emergente mercado global.

En tercer lugar, mientras que en todos los demás países prima la fotovoltaica en la edificación, en España se han instalado sobre suelo grandes plantas de 20 MW, 30 MW o 50 MW, que han cubierto el cupo que la tecnología tenía para 2010 (371 MW) con tres años de adelanto y que han dejado desfasado al RD 661/07 apenas tres meses después de su publicación. Para evitar una situación similar, el próximo modelo de mercado fomentará las plantas pequeñas y las incorporadas a la edificación, ámbito en el que se maximizan sus virtudes de generación distribuida.

Pues bien, en el momento en que se alcanzó el cupo del RD 661/07, el Mityc, cumpliendo con lo establecido en esta norma, activó un periodo de transición que termina en septiembre, durante el cual puede entrar en el sistema toda la potencia que se conecte en las redes eléctricas. A la par, elaboró una propuesta regulatoria para después de este periodo que aumentaba el cupo a 1.200 MW en 2010. Tanto el sector como la Comisión Nacional de Energía (CNE) advirtieron de que este cupo quedaría desfasado por la propia dinámica del mercado y solicitaron otra regulación.

Según los últimos datos de la CNE, en marzo ya había unos 840 MW fotovoltaicos instalados. Como el mercado crece a más de 100 MW mensuales, con total seguridad el próximo septiembre se habrán superado los 1.200 MW propuestos. Pero el hecho de que este cupo de 1.200 MW no pueda tener efecto no quiere decir que el horizonte esté despejado.

El sector fotovoltaico y el Mityc, una vez superado el periodo electoral, están trabajando en una nueva regulación que le dé continuidad al sector, partiendo de unos parámetros muy estrictos y contemplando cupos y mecanismos que controlen el mercado y lo dirijan por la senda deseada, garantizando en todo momento que ésta no va a abandonarse de nuevo.

En la mente de todos está minimizar el impacto del ajuste que se avecina, pero parece claro que dicha nueva regulación, que debe recibir los preceptivos dictámenes de la CNE y del Consejo de Estado, no podrá aprobarse antes del próximo otoño. Incluso, no se puede descartar que haya un vacío legal entre la caducidad del RD 661/07 y la publicación del decreto que lo sustituya. En cualquier caso, nos estamos jugando el liderazgo nacional en la tecnología de generación con más potencial de todas, y merece la pena hacerlo bien.

Javier Anta. Presidente de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF)

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