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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El textil, víctima del bajo consumo

Cada vez es más difícil sostener la tesis de que la debilidad de la economía española se limita a un ajuste, por brusco que sea, en el sector de la construcción residencial. Numerosos indicadores ponen de manifiesto que el retraimiento afecta tanto a los servicios -el comercio y la hostelería, por ejemplo- como a la industria, cuyas ramas más castigadas son las ligadas al consumo duradero.

En esta refriega generalizada, el textil es una de las actividades más damnificadas. Llueve sobre mojado para las empresas españolas que encadenan varios años de fuertes ajustes para acomodarse a la competencia del sudeste asiático. Y de China en especial. La patronal del sector advierte que este año volverá a ser malo para los fabricantes nacionales, tanto que calculan que cerrarán 50 empresas de las 700 actuales. De momento ya lo está siendo, pues la producción ha caído en el primer trimestre un 2%.

La atonía del consumo se suma a los ajustes estructurales por los que atraviesa el textil. En uno de los subsectores más potentes, el de género de punto, la venta medida por unidades se ha reducido entre enero y marzo un 2,5%. La falta de confianza de los consumidores se agrava con una meteorología desfavorable que no ha fomentado la renovación de primavera. Otro subsector tocado es el textil del hogar, ya que a la atonía del consumo se suma la caída inmobiliaria. Cuando se estrena casa se suele cambiar el ajuar, algo que no se está produciendo actualmente.

Sin embargo, desde el sector apuntan que la desaceleración económica no es la única razón de las malas cifras del primer trimestre. Hay otras de calado estructural y señalan, junto a la sempiterna competencia asiática, el predominio de las grandes cadenas de distribución internacionales que se proveen de productos fuera de España y que están realizando en estos días recortes de precio contundentes para mantener cuota de mercado y sostener así las ventas.

Son problemas de compleja solución que dificultan la supervivencia del sector textil, no sólo en España, sino en toda Europa. Sin embargo, las subidas de precios no son una respuesta, por muy tentadora que parezca en un primer momento. Y paradójicamente se están produciendo, pues si las ventas de tejidos de punto han caído un 2,5% en unidades, por el contrario medidas en euros han aumentado un 1%.

El textil no es la única industria que pasa por dificultades por la fuerte caída del consumo que, posiblemente, se agudizará en los próximos trimestres. Según datos de Funcas, publicados el pasado viernes, el consumo crecerá este año un 1,4% y el próximo, un 1,2%. Algunas actividades como el automóvil o los electrodomésticos ya están sufriendo caídas en sus ventas. Sin embargo, subir los precios no es buena estrategia, máxime teniendo en cuenta que la inflación continuará desbocada por el alza del petróleo. La recetas, aunque no son ni mágicas ni agradables para la industria, son de sobra conocidas. En abril se producía la primera bajada del precio de los hoteles en tres años. Esta búsqueda de una mejora competitiva es una decisión que sirve para los hoteles, para las viviendas, para los coches, para los frigoríficos y también para los productos textiles.

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