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Tribuna
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La cerámica, un adalid del 'made in Spain'

Si bien es algo tradicional nuestra defensa de España como uno de los países en donde mejor se vive del mundo, si no en el que mejor, por nuestro clima, nuestra gastronomía, nuestro estilo de vida... No deja de ser contradictorio que todavía hoy, y a pesar de la condición de liderazgo mundial de nuestro país, perdure una cierta renuncia, cuando no un complejo, a la hora de creer en España como marca más allá de nuestras fronteras. Y esto tal vez se acentúa más cuando se trata de comparar, incluso defender, nuestros productos y nuestras compañías respecto a los de las principales potencias occidentales. Es hora de creer definitivamente en el made in Spain. Pero no por chovinismo caprichoso, sino por calidad demostrada en muchas de las ocasiones.

Si vamos más allá de nuestras fronteras, podemos percibir que el producto español está altamente considerado. El calzado, el juguete, la moda y el textil, la cerámica... son productos atrayentes, productos considerados de calidad y vanguardia allá donde van. Hay materia prima de calidad, know how, inteligencia empresarial, energía y ganas de liderar. Debemos conseguir que nuestros productos se conviertan en una fortaleza competitiva. Y eso pasa por empezar a creerlo. Y lo deben creer consumidores, Administraciones públicas y, por supuesto, el propio sector empresarial español.

Nuestro potencial empresarial e industrial es una realidad. Hoy contemplamos cómo en un mercado global, donde la competencia cada vez resulta más feroz, marcas españolas triunfan trabajando cada día para ser mejores, más atractivas y por supuesto, aportando calidad y valor. Y si lo hacen es porque hay capacidad.

En este contexto es donde la cerámica es un claro ejemplo de producto español con vocación y éxito internacional. Por su trayectoria y posición hoy en el mundo, la cerámica española es uno de los ejemplos más destacados de industria competente en nuestro país y en Europa. Por su liderazgo exportador, su peso económico y su capacidad innovadora, el sector cerámico se ha convertido en una referencia de una industria española competitiva y de futuro, aquí y fuera de nuestras fronteras. Y es precisamente gracias al éxito internacional como la cerámica consigue capear la ralentización de la construcción a nivel nacional. Un adalid del made in Spain.

Pero el éxito del sector cerámico a nivel internacional no se debe únicamente a su extraordinaria capacidad de innovación; su éxito se debe también a otros factores como la elevada cohesión que existe en el sector, caracterizada por la sinergia de los sistemas productivo, institucional y corporativo, o su capacidad rápida de asimilación y adaptación a los cambios del entorno, de la tecnología o de la demanda.

Las empresas cerámicas han generado un espacio fructífero de colaboración, desarrollo tecnológico y generación de conocimiento. La evolución de la tecnología en procesos es tal que la mayoría de las empresas está basando su diferenciación en el incremento del valor añadido del producto y de los procesos de comercialización. Así, en España la cerámica se sitúa entre los 12 primeros sectores exportadores y, a nivel mundial, nuestro país se sitúa como segundo productor internacional. La cerámica avanza más que otros materiales sustitutivos gracias a las nuevas aplicaciones de las baldosas, avanza gracias a los diversos planes de promoción que se llevan a cabo.

Planes de promoción que nacen con el objetivo de proyectar una imagen sólida del azulejo español. A nivel internacional, bajo la marca Tile of Spain, se posiciona al azulejo español como sinónimo de calidad, innovación y diseño. Porque el azulejo es un material innovador. Innova introduciendo mejoras constantes del producto, innova en el proceso de elaboración, busca nuevos métodos de comercialización. La cerámica es un producto altamente tecnificado, un claro ejemplo de superación.

Estos planes son la apuesta más clara por la salida al exterior del producto de nuestro país. Planes específicos para promocionar los productos españoles en el extranjero. Empresarios, Administraciones públicas y consumidores deberían participar en esta promoción, deberían ser parte activa en esta firme apuesta por la calidad española. Porque la industria española no puede ser generadora de complejos. La industria española es competente, es atractiva y es una industria de vanguardia, que apuesta por las últimas novedades en lo que a diseño y tecnología se refiere.

Así es como somos percibidos por países extranjeros y así es como nosotros mismos deberíamos percibir nuestros productos, sintiéndonos orgullosos del sello made in Spain.

Fernando Diago. Presidente de Ascer (Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos)

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