Ebro abandona sus orígenes
La primera empresa española de alimentación, Ebro Puleva, ha anunciado que va a dar un giro a su estrategia al plantearse el abandono del azúcar como uno de sus negocios. Para ello, solicitará a su junta de accionistas que apruebe un estudio sobre la posible venta de la división o su escisión y salida a Bolsa. En definitiva, la multinacional española se aparta de lo que fueron sus orígenes. Sin embargo, no debería sorprender la decisión, pues el peso del azúcar en la facturación del grupo se ha venido reduciendo en favor de otros productos, como la pasta, el arroz o los lácteos, con mayor potencial de crecimiento y, sobre todo, de rentabilidad.
Las cifras apuntan en este sentido. En los resultados del primer trimestre, presentados ayer, el azúcar supone el 21% del total de las ventas, cuando en el mismo periodo de 2006 era el 30%. La disminución de la relevancia de este producto para la compañía queda patente en su inversión publicitaria. Si Ebro Puleva ha destinado entre enero y marzo cerca de 22 millones de euros a publicitar sus distintas gamas de alimentación, al azúcar sólo le dedicó un 0,7% del total. En este contexto, se entiende que intente hacer caja con esta división y destinar esos recursos a otras líneas con más futuro. La posibilidad de ganar cuota de mercado en el azúcar mediante adquisiciones de competidores es compleja, ya que el mercado está dominado por cooperativas cuya compra es muy dificultosa. Por otro lado, el producto tiene poco valor añadido, el consumo no crece y es muy difícil innovar con productos más sofisticados derivados del azúcar, lo que limita el crecimiento orgánico. Dentro de las cuatro divisiones de la empresa, es la que menos recorrido puede tener.
La decisión de deshacerse ahora del azúcar se enmarca en el fin de la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) de la remolacha, que ha supuesto que España abandone la mitad de este cultivo. Ebro Puleva pierde casi la mitad de cuota, quedándose en 378.480 toneladas. Quizá en un futuro se demuestre que la decisión de Bruselas en esta reforma no ha sido acertada, pero hoy por hoy ha determinado la rentabilidad del azúcar de remolacha. Un sector que hace ocho años fue considerado estratégico por el Gobierno de José María Aznar, que se opuso a la toma del control de Ebro por el grupo francés Saint Louis. De aquel proceso le queda al Estado un 8,44% del capital, que puede ser determinante en una futura adquisición.
Las organizaciones agrarias ya han rechazado la operación, a la que califican de engaño para los que han seguido cultivando remolacha confiados en que Ebro Puleva seguiría apostando por el azúcar. Es normal que vuelvan las dudas al campo, pero la venta de la división no tiene por qué suponer el fin de la producción azucarera en España. Por otro lado, la reforma de la Organización Común de Mercado no debería servir de pretexto para abandonar un negocio histórico de la empresa que tiene futuro, como reitera el presidente de la empresa. Sin embargo, es lícito que toda empresa decida en qué sectores quiere estar y en cuáles no. En definitiva, de su estrategia dependerá su éxito.