Ebro saldrá del negocio azucarero porque no le ve potencial
Los accionistas de Ebro Puleva deberán decidir en la junta de accionistas del 9 de junio si ponen a la venta su división azucarera, la colocan en Bolsa o la mantienen dentro del grupo. Detrás de esta decisión está el impacto de la reciente reforma del sector en la Unión Europea y la intención de la compañía de centrarse en negocios marquistas con mayores márgenes. El mercado valora la división en unos 550 millones.
No quiere hablar de decisiones definitivas, pero el grupo Ebro Puleva quiere dejar a un lado su negocio azucarero. La reforma del sector en la Unión Europea y los costes a los que ha tenido que hacer frente en los últimos meses (sólo el cierre de tres fábricas le pasa una factura de 175 millones) han llevado a la compañía a plantear en su próxima junta de accionistas si es preferible venderla o colocarla en Bolsa. '¿Es un negocio que queremos tener o hay alguien que pueda desarrollarlo mejor?', se preguntaba ayer el presidente del grupo, Antonio Hernández Callejas.
'El consejo de administración no ha propuesto nada', reiteraba en rueda de prensa. Sólo unas horas antes, Ebro anunciaba que sus accionistas deberán facultar al consejo para que ejecute 'una u otra operación en el plazo de 24 meses' o 'desista de ella si las condiciones de mercado llegan a aconsejar que no se realice', según señalaba a la CNMV.
El máximo responsable de Ebro Puleva recalcaba que serán los inversores de la sociedad quienes decidan. 'Somos una empresa con mucho free float (proporción del capital que cotiza en Bolsa), el 45%', aseguraba. Sin embargo, la decisión dependerá en gran medida de su sociedad familiar, el Instituto Hispánico del Arroz, que controla el 15% del accionariado. 'Lo que voy a hacer es analizar, cualquier opción puede ser buena si los precios son buenos', apuntaba para justificar que aún no se haya decantado por ninguna opción.
Sin embargo, la operación también deberá recibir el visto bueno de la Administración, ya que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) posee el 8,44% del capital. Sin olvidar que en la última década el Estado pagó alrededor de 300 millones de euros a KIO para convertirse en uno de los principales accionistas de Ebro y bloquear la entrada de capital francés en el grupo.
Hernández Callejas aseguraba ayer que la SEPI está de acuerdo en consultar a los accionistas sobre el futuro de la división azucarera y que el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino 'ya ha tomado nota' de sus intenciones. 'He expresado lo que queremos plantear, el mundo ha cambiado una barbaridad'. El responsable de Ebro asumió que hace pocos años el azúcar era 'un sector importante para la economía nacional' pero que la reforma, que ha obligado a Ebro a renunciar a 363.000 toneladas de producción, ha cambiado la percepción. 'La virulencia de algo en lo que nos va la vida ya ha pasado', aseguró.
Hernández Callejas asumió así que el azúcar ya no es un sector 'vital' ni 'prioritario' para el grupo. 'Nunca hemos podido crecer en este negocio porque los grandes son cooperativas', justificaba. De las 498.000 toneladas a las que ha renunciado España (seis millones en el conjunto de la UE), 363.000 corresponden a Ebro. 'Nosotros no somos un consolidador del negocio azucarero', aseveró y apuntó que otros grupos sí podrían ejercer este papel. Sin embargo, Hernández Callejas quiso destacar las virtudes de la división. La calificó como 'atractiva' y 'estable'. 'Es un mercado de 1,4 millones de toneladas, implantación industrial y que genera Ebitda, es interesante para alguien que esté ubicado en este negocio', concluyó.
En el último año, el azúcar aportó al grupo alimentario unas ventas de 654 millones de euros (el 24% de su facturación consolidada). Si la vendiera sus ventas en España se reducirían a la mitad, de 1.216,5 a 644 millones.
Ebro Puleva no quiere revelar cuál es el precio que estima para su división azucarera. 'La valoración no la sabes hasta que no lo colocas'. Sin embargo, fuentes del mercado aseguran que podría estar valorada entre 540 y 550 millones de euros. Por el momento, Ebro no tiene sobre la mesa ofertas por la división, ni de competidores ni de firmas de capital riesgo, pero sí muestras de interés. 'Nadie me ha ofrecido nada pero sí me han dicho 'oye si algún día vas a vender, llámame' pero eso pasa en todos los negocios', aseguró Hernández Callejas.
La reforma del azúcar ha obligado a Ebro a cerrar tres de sus fábricas: dos en Andalucía, Guadalcacín (Jerez) y La Rinconada (Sevilla); y otra en Peñafiel (Valladolid). Las dos últimas aún tienen un año de producción por delante. Cuenta con otros cuatro centros de producción: La Bañeza (León), Toro (Zamora), Miranda de Ebro (Burgos) y Guadalete en Jerez, donde prepara una nueva planta de refinado. Se suma, además, una planta de embolsado en Benavente. Juntas suman una plantilla de 950 empleados fijos y 212 trabajadores eventuales. Ebro contrata sus cosechas a, aproximadamente, 13.000 cultivadores. Por ello, sindicatos y asociaciones agrarias manifestaron ayer su preocupación por las intenciones de Ebro.
Si finalmente se decanta por la venta, la compañía deja la puerta abierta a nuevas compras o a la reducción de su endeudamiento, que a finales de marzo alcanzaba los 1.244 millones. 'Estamos abiertos a cualquier compra que nos resulte interesante', señalaba Hernández Callejas. 'Nuestro nivel de deuda es razonable, no vendemos para pagar deuda', reconoció el máximo responsable del grupo español. De realizar nuevas compras, la sociedad podría decantarse por zonas geográficas que considera prioritarias como Norteamérica (Estados Unidos, Canadá y México) o Europa. Además, podría ampliar su presencia en los mercados donde se aprovisiona de materias primas de forma directa, sin necesidad de intermediarios, garantizándose el acceso en periodos de volatilidad.
La empresa de alimentación anunció sus intenciones respecto a la división azucarera reconociendo que no tiene necesidad de consultar a sus accionistas, ya que el consejo de administración podría tomar la decisión unilateralmente sin preguntar a su junta. Sin embargo, asegura que ha decidido conocer antes la opinión de los accionistas para adaptarse a las normas de gobierno corporativo del código Conthe.
Ebro también presentó ayer sus resultados del primer trimestre del año que concluyó con un beneficio neto de 29,3 millones de euros, con un crecimiento de sólo un 0,2% respecto al mismo periodo de 2007. Detrás de este estancamiento está el alza de las materias primas en los últimos meses. Sus ventas, sin embargo, crecieron un 10,7% hasta superar los 717 millones de euros. El resultado bruto (Ebitda) sí se resintió y se apuntó una caída del 2,3% hasta 72,7 millones.
Caída en Bolsa
La decisión de Ebro Puleva de replantearse el futuro de su negocio azucarero no fue bien recibida por los inversores. Las acciones del grupo alimentario se apuntaron un retroceso del 5,67% y cerraron la jornada del lunes con un precio de 12,98 euros.
Las materias primas empiezan a 'tocar techo'
Las materias primas pueden empezar a dar un respiro a los grupos alimentarios en los próximos meses. Con una excepción, el arroz. Así lo reconocía ayer el presidente de Ebro Puleva, que apuntó que en el caso de este último producto los consumidores españoles están empezando a notar la subida, pero no como consecuencia de la reciente volatilidad, sino por las anteriores alzas. Por ahora, se han encarecido un 40% cuando la subida alcanzó el 84%. Sin embargo, Ebro Puleva asegura estar tranquilo, ya que su presencia directa en mercados como Tailandia o Egipto le ha permitido esquivar las restricciones a las exportaciones.'Hace mucho tiempo que no compramos arroz en los mercados internacionales', aseguraba y recalcaba que tienen cubiertas las necesidades de arroz para todo el ejercicio. Hernández Callejas se mostró más optimista en el caso del trigo y la leche. Reconoció tener la percepción de que los precios 'han tocado techo', pero asumió que los costes de las materias primas no volverán a ser lo que eran y que los agricultores saldrán beneficiados por unos precios 'más razonables'. 'En 2007 nos costó 30 millones no subir los precios tanto como hicieron los agricultores'.Se mostró precavido al hablar de precios por la decisión de Competencia de investigar a las alimentarias. 'Eres rehén de tus palabras', aseguró.