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Especial

Crisis inmobiliaria: las empresas pierden casi la mitad de su valor bursátil en 16 meses

Fueron auténticas estrellas del parqué con estrenos en bolsa exuberantes, pero cuando todavía no se habían acostumbrado a convivir con el éxito, empezó su declive hasta ser condenadas al actual ostracismo. Se trata de las inmobiliarias, compañías que han dado grandes y suculentas alegrías a muchos inversores pero que han quitado el sueño a otros tantos en la carrera bajista que iniciaron hace un año y que parece no encontrar suelo.

¢El cambio macroeconómico en las previsiones para España, la subida de los tipos de interés y el ajuste que estamos viviendo en el sector residencial han hecho que 2007 fuera un ejercicio en el que se vieron grandes penalizaciones en la cotización de las inmobiliarias en bolsa¢, según recuerdan los expertos de Fortis en un informe .

La mitad del valor en bolsa

Y es que si tomamos como referencia finales de 2006, año dorado para el sector con numerosas salidas a bolsa, las inmobiliarias cotizadas incluyendo a Sacyr Vallehermoso, han pasado de valer cerca de 50.000 millones de euros a casi la mitad, 28.000 millones. Todas han perdido peso en los últimos tiempos. Colonial es una de las más perjudicadas. La compañía, que llegó a valer 5.000 millones de euros, ahora cotiza en algo más de 1.000 millones y es que el valor de su acción está por debajo de un euro. Las cosas no tienen pinta de mejorar tras varios intentos frustrados de vender la compañía a General Electric o al fondo estatal de Dubai que no pudo llegar a un acuerdo con los bancos acreedores. Finalmente, han sido los bancos acreedores los que han canjeado con Luis Potillo su 25% del capital de la inmobiliaria a cambio de canjear sus deudas.

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Astroc abrió la veda

El pinchazo de la burbuja tecnológica tuvo en Terra su máximo exponente y el desplome del ladrillo encuentra a su víctima más popular en Astroc. Una empresa que salió prácticamente de la nada y que llegó a subir más de un 1.000% a menos de un año de su salida a bolsa pero vio con idéntica rapidez como se desinflaban estas ganancias. Precisamente la caída en desgracia de Astroc fue lo que desató la desconfianza hacia el resto del sector. El informe de gestión de la compañía de Enrique Bañuelos en el que se ponían salvedades a la auditoria de la empresa provocó un desplome de la acción de más del 40%.

Jove o la historia de quien ríe el último ríe mejor

El empresario gallego, Manuel Jove, propietario de Fadesa, decidió que el año 2004 era un buen momento para salir a bolsa aprovechando que el sector del ladrillo estaba en un momento dulce y los inversores tenían ganas de seguir ganando dinero en bolsa. Sólo en su primer día en el parqué, el 30 de abril de 2004, las acciones subieron más de un 4% convirtiéndose en la segunda mayor inmobiliaria cotizada sólo por detrás de Metrovacesa. En septiembre de 2006, antes de que estallara la burbuja, vendió el 54% que le quedaba a Fernando Martín, presidente de Martinsa. No fue el único que hizo buenos negocios a tiempo. Las cosas también le fueron muy bien a Joaquin Rivero, presidente de Metrovacesa. Los constantes rumores de compra, materializados después en oferta, sentaron muy bien a la evolución bursátil de la inmobiliaria que llegó a cotizar por encima de los 120 euros. Hoy sus títulos se cambian a 70. Otro tanto le ocurrió a la familia Losantos que poco tiempo después de colocar en bolsa su empresa, Riofisa, y embolsarse 170 millones de euros por esta operación, se deshizo del resto del capital aceptando una oferta de compra por parte de Inmocaral.

Los analistas miran para otro lado

Es muy difícil encontrar una firma de análisis que quiera hablar del sector inmobiliario. Son muy pocos los expertos que siguen el sector y la mayoría de estos tienen recomendaciones de venta para estas compañías. ¢Lo peor de todo esto es que el mercado ha metido a todas las compañías en el mismo saco y no hace diferencia entre unas y otras¢, explica Javier Barrio, experto de BPI. El analista cree que el sentimiento de los inversores extranjeros hacia el sector inmobiliario es muy negativo y lo va a seguir siendo. Muy lejos queda la etapa dorada del ladrillo. El año 2006 fue histórico para el sector inmobiliario en bolsa ya que cuatro compañías ­Renta Corporación, Parquesol, Astroc y Riofisa- saltaron al parqué bursátil, todas ellas controladas por familias. Ahora se sabe que ese año fue el pico del ciclo en precios y en construcción de pisos.

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