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Elecciones

La victoria de Clinton en Pensilvania agudiza la división demócrata

Hillary Clinton ganó ayer de forma sólida, aunque no abrumadora, las primarias de Pensilvania. Con el 55% de los votos frente al 45% conseguido por Barack Obama, la exprimera dama, cumplió con la expectativa de ganar en un Estado donde partía como favorita por su gran porcentaje de trabajadores en fábricas (sus votantes naturales) más el apoyo del gobernador y buena parte de los alcaldes de las grandes ciudades. Ante esto, el dinero que Obama dedicó generosamente a su campaña no fue suficiente.

Ganar Pensilvania se había perfilado como la condición sine quae non para la continuación de la campaña de Clinton aunque ni siquiera así consigue superar ni en voto popular ni en delegados a Obama. Lo que sí se anota es el avance psicológico que significa ganar en un Estado que junto con Ohio y Florida, son fundamentales a la hora de ganar la Casa Blanca. Pese a todo, en el partido hay preocupación porque la batalla de Pensilvania ha dejado muy divididos a los votantes y ha cambiado el tono para hacerla más agresiva.

Lo que más preocupa entre los demócratas es que la tenacidad de la que hace gala Clinton al perseguir la nominación está dando alas al candidato republicano, John McCain. De hecho, muchas de las últimas encuestas sitúan a McCain casi empatado con los dos candidatos aunque en su partido a quien realmente temen es a Obama.

Las encuestas se leen en clave negativa porque los demócratas partían como favoritos para las presidenciales hace meses y están perdiendo esta condición pese a la continuada erosión de la popularidad del presidente George Bush, la mala situación económica y la situación en Irak.

Uno de los blogs más populares, TheHuffingtonpost abría ayer su edición bajo el titular 'Y el ganador es: John McCain'. The New York Times, cuya redacción editorial ha apoyado a Clinton, le pedía ayer que dejara la táctica del ataque a Obama.

El martes por la noche, en su discurso de concesión, el senador por Illinois dejó de responder a los ataques de Clinton y usó su alocución para arremeter contra McCain. Obama ya se encontraba en Indiana, uno de los nueve estados que quedan por votar en estas inusualmente largas primarias.

El voto católico se divide ante Obama

Las encuestas a pie de urna hechas en Pensilvania revelan que la economía sigue siendo, por delante de Irak, la mayor preocupación de los electores.Además se comprueba que Obama ganó la mayoría del voto negro, joven, de licenciados universitarios, protestantes y agnósticos. También el de los que se consideran más liberales y los republicanos defraudados con su partido también votaron por él. En general los más preocupados por la guerra se volcaron con él.Clinton volvió a hacerse con el voto femenino, el de las personas de su edad y mayores, los trabajadores blue collar, los que se consideran demócratas moderados, católicos y judíos.Entre los católicos demócratas el 60% dijeron que votarían por Obama en las presidenciales pero el 21% no solo no se quedaría en su casa en noviembre sino que votaría por McCain.

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