Batalla continua contra el fraude
La Agencia Tributaria ha remitido a la Fiscalía Anticorrupción información sobre un total de 198 españoles que han defraudado a Hacienda utilizando 80 cuentas bancarias en Liechtenstein. Es el resultado de la investigación de los datos que el Gobierno alemán remitió a España -como a otras muchas Administraciones tributarias-, a raíz del DVD que la agencia germana adquirió a un empleado de un banco del paraíso fiscal centroeuropeo con información sobre defraudadores fiscales. La remisión a la Fiscalía Anticorrupción supone abrir la vía penal, lo que podría implicar cárcel de entre dos y cuatro años. Los expertos consideran, sin embargo, difícil que alguno de los inculpados pueda ingresar en prisión.
Una gran parte de la sociedad todavía entiende que engañar a Hacienda es menos reprobable que hacerlo al vecino y, por tanto, que no es motivo para cumplir condena. Sin embargo, además de cumplir la condena pertinente, los defraudadores deben abonar al fisco hasta el último euro con los correspondientes recargos. El sistema fiscal se basa en la buena fe de los contribuyentes que pagan sus impuestos sin trampas ni subterfugios.
Aun así, conviene que el caso de los 198 defraudadores de Liechtenstein no derive en una mera campaña propagandística. Es de suponer que ninguno ha regularizado de forma voluntaria su situación fiscal; de ser así, quedarían fuera de la vía penal y sus expedientes no tendrían que estar en la Fiscalía, sino en la jurisdicción administrativa. Pero, si no han saldado de forma voluntaria sus cuentas fiscales, será justo que la ley actúe con todas sus consecuencias.
La batalla contra el fraude fiscal no debe tener el más mínimo descanso. Los contribuyentes que pagan sus impuestos han de tener la certeza de que quienes incumplen sus obligaciones tributarias tendrán una sanción económica y, llegado el caso, penal. Es la forma de demostrar que es más rentable cumplir con el fisco que evadir. Y, por supuesto, más ético.