'El liderazgo de hoy no es mandar, sino influir'
Desde la vicepresidencia mediterránea de una de las firmas más importantes de redes para internet ve el futuro con optimismo. Cree que en España la crisis será más dura por la dependencia del sector inmobiliario y que la salida pasa por que las pymes innoven.
Jordi Botifoll (Aguilar de Campoo, Palencia, 1962) se incorporó a Cisco Systems en 1999 para dirigir la filial ibérica. Al año siguiente recibió el premio a la mejor gestión de un país europeo por parte de John Chambers, presidente y fundador de la proveedora de tecnologías de red para internet. En 2003 fue nombrado vicepresidente para el área mediterránea, lo que supuso añadir a su responsabilidad sobre España y Portugal, la de Grecia, Turquía, Israel, Malta y Chipre. Recientemente ha recibido el Premio Ingeniero del Año, que concede el Colegio de Ingenieros de Cataluña, como líder para la divulgación de políticas sostenibles.
¿Por qué cree que le han concedido este premio?
Es un premio a una trayectoria profesional y la verdad es que me ha hecho mucha ilusión. Estudié ingeniería en la UPC y se supone que he contribuido desde diferentes posiciones y diferentes compañías, como NCR, Lotus, Retevisión y, en los últimos ocho años, Cisco, al desarrollo de la sociedad de la información desde un punto de vista económico, social y humanitario.
'España ha sido la envidia del mundo, pero esa misma bonanza ha hecho que no hayamos pensado en nuevos modelos porque lo que teníamos ya funcionaba'
'Parte del éxito de las firmas españolas que se han internacionalizado viene del talento de sus directivos. Cuando una compañía sale fuera debe tener un equilibrio entre profesionales españoles y locales'
Según un informe de Cisco, en España este año la demanda de empleados con conocimientos en redes superará en un 14% la oferta. ¿Continúa vigente esa previsión ahora que se confirma la desaceleración?
Sí. En realidad, si lo pensamos, la única manera de superar esta crisis es la educación y la formación y el desarrollo de nuevos productos y servicios. La necesidad de innovar va a continuar vigente. Ninguna empresa se va a conformar con reducir sus ingresos por mucha crisis que haya. Además, EE UU tardará muy poco en salir del bache, porque tiene buenos índices de productividad y mucha flexibilidad. Y Alemania e Inglaterra parece que están también en camino. El sector de la construcción ha generado un temblor en todo el mundo, pero aquellas sociedades flexibles, que sepan desarrollar nuevos negocios, van a ser las primeras que salgan. Y en este contexto continúa siendo necesario personal técnico.
¿Cómo ve la situación en España?
Aquí el problema es más grave porque somos más dependientes de la construcción. Está claro que necesitamos un cambio de modelo económico. Hemos crecido una barbaridad en la última década, hemos sido la envidia del mundo, pero esa misma bonanza ha sido la que ha hecho que no hayamos pensado en crear nuevos modelos porque lo que teníamos ya funcionaba. Ahora, con la desaceleración, no va a haber más remedio que hacerlo.
¿Cómo ve el país ante el reto?
España ha evolucionado mucho en educación, hay talento en este país y hay ideas emprendedoras, ha llegado la hora de poner esfuerzo e implementar esas ideas. Ahora tenemos que reciclar a los empleados de los sectores que han ido económicamente bien y buscar otros motores económicos.
¿A qué tipo de nuevos motores se refiere?
En nuestro campo, por ejemplo, internet 2.0 y nuestras plataformas están creando nuevos modelos de negocio que pueden ser motores de crecimiento económico y social. En Cisco utilizamos una plataforma de telepresencia que es mucho más que una videoconferencia. Hemos ahorrado 80 millones de dólares en viajes. En mi caso, como responsable de siete países estoy continuamente viajando y, de momento, gracias a esta nueva herramienta, he reducido los viajes en un 20%. No somos conscientes de hasta qué punto se van a generar negocios nuevos a partir de estas nuevas herramientas. Aquí va a ser fundamental el comportamiento de las pymes.
¿En qué sentido?
El mayor porcentaje del PIB de este país procede de las pymes; ahora es el momento de que se enfrenten a algo que no han hecho con anterioridad. En sanidad, por ejemplo, van a crearse muchos servicios nuevos basados en plataformas y herramientas inteligentes. A pesar de la crisis, es el momento de optimizar costes en donde puedas, pero desde luego no va a ser en el capítulo de tecnología, que es lo que te va a permitir hacerlo en otros campos. España está muy atrasada como sociedad en la creación de este tipo de servicios respecto a los países nórdicos o anglosajones.
Pero quizá sea un retraso debido a las diferencias culturales. Es posible que no seamos tan dados a hablar con el médico por videoconferencia.
Puede que todavía haya un aspecto cultural y de geografía, pero el cultural va a desaparecer porque las nuevas generaciones son diferentes. El cambio está siendo exponencial, ahora tienen un modelo de aprendizaje multitarea. Así que hay que enseñarles más a aprender a imaginar y a crear que a memorizar.
¿Hay diferencias entre un directivo español y otro de otros países?
Quizá culturales y de comunicación. Cuando los directivos españoles comunicamos ideas nos gusta explicar todo lo de alrededor, poner literatura, porque somos sensibles ante la percepción que están teniendo los demás de lo que explicamos. Los europeos van más al grano y eso puede confundirles. Eso no es bueno ni malo. De todas maneras, no tipificaría, porque el directivo español ya ha entendido la dinámica internacional y sigue habiendo muchas diferencias entre el que trabaja fuera para una multinacional o el que lo hace para una española. Está claro que parte del éxito de las empresas españolas que se han internacionalizado viene del talento de sus directivos, pero a la vez hay que tener en cuenta que cuando una empresa sale fuera debe tener un equilibrio entre directivos españoles y locales. Está demostrado que la creatividad está relacionada con la diversidad.
¿Qué valora más a la hora de incorporar a alguien a su equipo?
Creo que tiene que ser un equilibrio entre las tres inteligencias: la intelectual, la social y la emocional. Prefiero una persona equilibrada que uno con una gran capacidad intelectual. Yo he visto directores muy brillantes intelectualmente estrellarse en el camino. Hoy el liderazgo no es mandar, sino influir; el respeto te lo tienes que ganar, y para eso se necesita inteligencia social y emocional. Debemos asumir que no hay supermanes individuales, pero sí gente brillante que sabe trabajar en equipo.
¿Qué hace su empresa para retener a los mejores?
El sueldo no es lo único que se debe valorar a la hora de retener a alguien. Si como empleado tienes un entorno creativo, si vibras, si te sientes parte de un proyecto y tienes flexibilidad, es difícil que aceptes otras ofertas. A pesar de que tengas estrés, no hay que negarlo, porque tienes que cumplir unos objetivos y no son fáciles. Pero hay que intentar divertirse con lo que haces; yo me divierto. En nuestro caso, Cisco tiene en España una plantilla de 400 empleados con un índice de rotación bajísimo, del 1%. Todos tienen la posibilidad de trabajar desde su casa, pero todos trabajan por objetivos. La presencia no es tan importante, mi asistente es la misma en los últimos ocho años, y cuando en 2003 me nombraron vicepresidente, ella se quedó en Madrid y yo volví a vivir a Barcelona.
¿Qué pronóstico hace para los próximos años?
Soy optimista. Insisto en que las pymes españolas se van a tener que aplicar para desarrollar nuevos productos y servicios si quieren competir con las de EE UU y con las de los países emergentes. No hay que despreciar la dimensión que está tomando la I+D en países asiáticos. Por ejemplo, India está formando una generación de ingenieros que es más numerosa que toda la que Europa pueda formar. En los próximos años la competencia va a ser durísima.
Directivos españoles, movilidad y diversidad
Jordi Botifoll cree que el tópico es cierto: el directivo español sigue siendo todavía reacio a moverse. 'En realidad es una característica mediterránea, somos menos propicios a los traslados, supongo que por la importancia que tiene la familia en nuestra cultura y por el apego'. Considera que hay que tener cuidado con las decisiones referentes a la movilidad, porque el equilibrio familiar es muy importante. Aun así reconoce que hay ofertas 'que no se pueden rechazar'.El grupo de colaboradores de Botifoll está integrado por profesionales de nacionalidad griega, inglesa, francesa, portuguesa y española. 'Nuestro director de desarrollo vive en Inglaterra y no es ningún problema, porque las plataformas de comunicación en internet lo permiten', explica. 'En las multinacionales se presta mucha atención a la multiculturalidad, está claro que la creatividad está relacionada con la diversidad'.