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Columna
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Hipótesis sobre British Energy

Todas las grandes utilities europeas parecen haber sacado sus calculadoras sobre British Energy, después de que el Gobierno británico dijera que está considerando una venta de su 35% restante. Pero, ¿cuánto estaría dispuesto a pagar EDF o Centrica -o una alianza de los dos- por el grupo de energía nuclear británico? Las acciones han subido un 45% en los dos últimos meses, a 713 peniques, algo por encima del nivel anterior a la especulación sobre una oferta. Pero los inversores deberán hacer algunas hipótesis jugosas para llegar al precio actual de la acción.

En primer lugar, comenzar por el valor justo de British Energy. Los analistas tenían un precio objetivo medio de la acción de 530 peniques antes de la especulación de una posible oferta. æpermil;se es además el precio medio de los tres meses previos a la suposición, y parece descontar unos precios del petróleo a largo plazo de unos 90 dólares el barril.

Luego, los postores necesitan tener en cuenta la llamada opción nuclear, que ya debería haber sido incluida en el precio de 530 peniques. En enero, el Gobierno británico dio luz verde a la construcción de seis a ocho centrales de energía nuclear, y British Energy posee todos los solares. Con los precios del petróleo en máximos, los aspectos económicos de las nuevas construcciones son apetitosos. UBS estima que podría valer 44 peniques la acción, basándose en la hipótesis de que una central terminada está valorada en 1,6 veces la inversión de capital. Morgan Stanley calcula que las nuevas centrales podrían valer 50 peniques la acción.

Por supuesto, un postor podría permitirse el lujo de pagar más gracias a las sinergias. Todos los posibles compradores -Centrica, EDF, Iberdrola, Eon y RWE- tienen operaciones significativas en Gran Bretaña. Suponiendo que limasen el 25% de los costes no controlables, en línea con los recientes acuerdos energéticos británicos, el ahorro de costes estaría entre 100 y 200 millones de euros.

Hagan la suma y las acciones no deberían intercambiarse por mucho más de 600 peniques. Para justificar el precio actual, los inversores tienen que asumir que la venta saldrá adelante, lo que no es seguro. Además, tienen que creer que la opción nuclear vale mucho más, o que un postor podría reducir más costes. Aún más, British Energy es muy sensible a los precios del petróleo gracias a sus elevados costes fijos, así que el precio del petróleo necesita permanecer alto para siempre. æpermil;stas son bastantes hipótesis heroicas para una empresa que casi quiebra hace cinco años.

Por Fiona Maharg-Bravo

El presidente idóneo de ubs

UBS está tan revuelto que necesita un nuevo presidente fuerte. Peter Kurer, el abogado general del banco que ha sido nombrado para el puesto no es obviamente el hombre idóneo para el cargo. El último abogado en presidir un gran banco no fue otro que Chuck Prince en Citigroup -y aquello fue un desastre-. Luqman Arnold, el ex ejecutivo de UBS que ahora hace campaña por el cambio, se ha apun- tado un éxito al centrar el asunto. El presidente de UBS podría ser perfectamente un hombre de fuera de la casa. Un independiente con peso es doblemente importante dado que el consejo parece haber sido elegido a dedo por Marcel Ospel, el actual presidente. El nuevo presidente de UBS también necesita entender de gestión de riesgos. Tendrá que llegar hasta el fondo de si UBS está verdaderamente en el final -o si son necesarios más cancelaciones y capital-.Kurer es un respetado abogado financiero del que se dice que es severo y tolerante. Pero obviamente no puede ser ambas cosas a la vez. ¿El problema es quién puede hacerlo? Aunque más y más jefes de bancos han rendido su espada durante la crisis crediticia, la oferta de candidatos apropiados se ha agotado. Recuerden cómo peleó Citi antes de completar sus altos cargos. Y recuerden que una búsqueda previa de UBS para suplir a Ospel no generó ningún interesado.Aun así, sería más fácil para el interés de los candidatos ahora que Ospel está en el camino de salida -siempre que la búsqueda no se limite a los nacionales suizos-. ¿Pero por qué el presidente de UBS tendría que ser suizo? Win Bischoff, presidente de Citi, es angloalemán y no estadounidense. Y Josef Ackermann, jefe del Deutsche, es suizo, no alemán.Hay otra solución. Tener un sustituto. Y a lo mejor Kurer puede haber sido elegido como tal. Pero los arreglos provisionales tienen la costumbre de convertirse en permanentes. Además, los estatutos de UBS permiten tener sólo 12 directores. Si Kurer es elegido para el consejo en la asamblea anual que se celebra este mes, él se hará con el último puesto. Necesita demostrar rápidamente que se lo merece.Por Hugo Dixon

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