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El Banco Central Europeo se pasea por el instituto

José Manuel González-Páramo explica la función del BCE en su antiguo colegio.

Hace 50 años, José Manuel González-Páramo, miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo, se sentaba en la sala de notas del centro Nuestra Señora del Recuerdo, de Madrid, para escuchar, en una escena cargada de tensión, de pie y ante toda la clase, sus calificaciones en materias como Deberes Religiosos y Conducta General. El viernes, en la misma habitación, regresó a su antigua escuela para pronunciar 'las primeras palabras serias que he dicho nunca en este colegio'. Ante una treintena de alumnos de primero y segundo de bachillerato, Páramo impartió una clase de economía sobre el origen y funcionamiento del BCE.

'Nada de lo que diga aquí puede interpretarse como una señal de política monetaria', advirtió el consejero antes de comenzar su conferencia sobre las historias paralelas del euro y el BCE, cuya trayectoria consideró 'una experiencia histórica con un éxito sin precedentes'. Páramo destacó el papel del organismo europeo como guardián de la estabilidad de precios, y comparó su labor con el mito de Sísifo. Así, el rey griego -que en el infierno debía empujar eternamente una piedra enorme cuesta arriba- es igual al Banco Central sosteniendo continuamente la roca de la inflación. Una labor que nunca termina y en la que, como reconoció, 'nunca se gana'.

El consejero del BCE defendió ante los estudiantes que la adopción de la moneda única ha traído estabilidad del poder de compra, y negó que haya encarecido los precios. Según explicó, la introducción del euro en el año 2002 'sólo supuso un 0,2% del 2,3% de inflación que hubo ese año en la eurozona'. 'La población tiene una percepción de este índice mucho más elevada que el nivel oficial en que se mueve realmente', subrayó.

El consejero defendió ante los estudiantes que la adopción de la moneda única ha traído a los ciudadanos la estabilidad del poder de compra

Esta atípica clase formó parte de los actos de conmemoración del 50 aniversario del Tratado de Roma y el décimo de la fundación del BCE, y se inscribe dentro de la iniciativa Primavera de Europa, creada para animar a los jóvenes a debatir y aprender sobre asuntos relacionados con la UE. 'Porque una de las preocupaciones del BCE es la educación de los ciudadanos', comentó el economista después de la clase. 'Ya que el mundo financiero es cada vez más sofisticado y las personas no saben ni cómo ahorrar para la vejez; invierten en un plan de pensiones sin comprenderlo', afirmó.

'Me parece estupendo que vengan a contarnos de primera mano lo que se cuece en las instituciones, que toman decisiones que nos afectan día a día sin que nos demos cuenta', opinó Daniel, de 18 años, uno de los estudiantes. Como él, el resto de los alumnos escucharon atentos y silencios, algunos más seducidos por la presentación de PowerPoint que guiaba la conferencia que por las palabras del consejero del BCE. 'A ratos me he perdido en la parte más teórica, pero los gráficos me han ayudado a comprender muchas cosas', contó Cristina, de 17 años. 'A mí me ha parecido muy interesante, pero yo ni me plantearía trabajar en algo parecido; no me veo tomando decisiones importantes', decía otra alumna.

Páramo tampoco se veía, pues cuando él se sentaba en aquella clase 'no tenía ni idea de lo que quería ser de mayor, pero seguro que no pensaba en el BCE, que además no existía', relató entre risas. El viernes, este hombre de carrera exitosa vivió una experiencia nostálgica en la sala donde, como dijo, comenzó a curtirse. 'Aquí aprendí la máxima de que En tiempos de tribulación, no hay mudanza', sentenció.

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